Pina Sánchez Errázuriz: «Ver el rostro de la pobreza te quita las tonterías de encima»

Infatigable. Pina vive volcada por y para sacar adelante a niños y adolescentes en riesgo de exclusión social. Aunque busca estar en un segundo plano, como presidenta de Nuevo Futuro es el rostro visible y la voz de quienes han hecho posible que esta ONG sea, tras 45 años de vida, pionera en la acogida de menores, privados de un ambiente familiar desestructurado, para ofrecerles un hogar.

-¿La solidaridad está en crisis?

-Al contrario. El problema es que estamos atrapados en una vida tan agitada y andamos tan centrados en nuestros problemas, que a veces no tenemos tiempo para pararnos y mirar a nuestro alrededor. Sin embargo, esta crisis nos ha hecho despertar y ver cómo se encuentra el que tenemos más cerca, que los que necesitan ayuda no son sólo los que están lejos. Además, ayudar reconforta.

-¿Nuestros políticos están faltos de tocar la pobreza?

-Más que un tema de políticos, es un tema de conciencia social. No me cabe duda de que el político hace lo que está en su mano. Nosotros podemos decir que, por ejemplo, la ayuda que nos ofrece la Comunidad de Madrid es indispensable; sentimos que confían en nosotros.

-Cuando uno ve el rostro de los pobres de cerca, ¿le cambia la vida?

-Sí, y hace que te quites muchas tonterías de encima. Vivimos con más de lo que necesitamos y cuando ves que al otro le falta algo importante, eres consciente de todo lo que te sobra. Imagínate cuando además te topas con un niño al que le falta su madre, lo demás se relativiza.

-Los niños que acogen en sus hogares, ¿llegan con más heridas que antes?

-Son más complicados, entre otras cosas, porque tienen más acceso a la información y son más conscientes de la brecha que les separa de aquellos que tienen una realidad fácil. Eso les hace ser más rebeldes, a lo que hay que unir la falta de oportunidades que tienen para su desarrollo afectivo y formativo, lo que hace que un menor equilibrio personal.

-Y ahí es donde entra en juego Nuevo Futuro...

-Amén de contar con grandes profesionales y voluntarios, nosotros buscamos darles cariño y la oportunidad de tener una vida ordenada y en paz que les permita desarrollarse con dignidad, poder sacar adelante una carrera, un oficio... Les ofrecemos literalmente un nuevo futuro.

-Entre esos voluntarios, surge la figura de la madrina.

-Las madrinas son claves siempre voluntarias. Constituyen esa figura que aporta cariño, tiene a cargo un hogar al que acude las veces a la semana que sea necesario para acompañarle en el día a día del colegio, disfrutar con él durante el fin de semana, celebrar su cumpleaños... Hace la veces de esa familia que, por los motivos que sea, no puede estar al tanto del niño. Pero no es un cariño pagado, sino que nace del corazón, hasta tal punto que les defienden como leonas.

-Vamos, que no son madrinas los lunes de cinco a siete.

-Somos madrinas todos los días y las horas que haga falta. Los lazos llegan hasta tal punto que yo misma he llegado a ser madrina de boda de uno de los chicos.

-¿Qué ocurre cuando los adolescentes cumplen los 18 años?

-Es lo que más nos preocupa, porque a partir de ahí no podemos continuar con ellos porque hay que darles la oportunidad a otros menores. En ese momento, no les abandonamos, les buscamos un trabajo o posibilitamos que continúen los estudios. De la misma manera, les buscamos un lugar para vivir, si es posible, con algún familiar. Ahora nos estamos encontrando con una realidad que nos preocupa más. Muchos de los chicos que habían comenzado con una vida nueva vuelven a nosotros porque se han quedado sin trabajo y sin capacidad para ser autónomos. No en vano, somos su referente de familia e intentamos ayudarles.

-¿Qué sensación le queda cuando ve que uno de estos jóvenes logra diez años después formar una familia, conseguir un trabajo...?

-Lo primero que pienso es en el mérito enorme que tienen por haber salido adelante. El otro día nos envió uno de ellos una carta para remitirla al Comité de Dirección que nos llenó de ilusión en nuestra misión. Ahí te das cuenta que el granito de arena que ponemos todos, desde los voluntarios y profesionales a quienes compran algo en el Rastrillo que organizamos cada año, da fruto y funciona.

INICIATIVAS SOLIDARIAS

Al igual que otras fundaciones y ONG's, la recesión ha reducido los fondos públicos. ¿Cómo salen las cuentas?: «Con una política de austeridad en todo y ajustándonos el cinturón. Hemos buscado financiación a través del Rastrillo, de la colaboración de empresas, eventos como una cena que organizará la Embajada de Francia el 14 de noviembre... Lo importante es sacar a estos niños adelante sea como sea porque no tienen culpa de sus circunstancias», afirma Errázuriz.