Crónica

De tanto mutar y mutar, el presi será pronto «El increible Hulk»

Spanish Prime Minister Pedro Sanchez gestures during his meeting with Chilean President Sebastian Pinera at the Moncloa palace in Madrid, Spain, Tuesday, Sept. 7, 2021. (AP Photo/Manu Fernandez)
Spanish Prime Minister Pedro Sanchez gestures during his meeting with Chilean President Sebastian Pinera at the Moncloa palace in Madrid, Spain, Tuesday, Sept. 7, 2021. (AP Photo/Manu Fernandez)Manu FernandezAgencia AP

Los analistas del circo llaman mutación, transformación o travestismo al nuevo número del presi en la pista central. Con un solo toque de varita mágica, ha pasado del disfraz de rosa con espinas de «Mask Singer: adivina quién canta» al de político moderado o socialdemócrata convencional. Me asombra que los analistas de la cosa se asombren: ésa es su esencia, y además sabe que el número divierte mucho a un público amnésico, patología con la que los políticos siempre cuentan para ganar en «Supervivientes». Quiere Sánchez competir en mutaciones con el coronavirus, que ya ni se sabe cuántas tiene. Muta como el cambio climático, que va de Filomena a Dana, y lo que te rondaré morena. Muta como la voz de Jahvé, que es zarza ardiente, lengua de fuego o tablas de la ley. Muta como Xavier Novell, que ha pasado de obispo independentista de Solsona a compañero de una escritora de novelas eróticas, cual Richard Chamberlain en la serie «El pájaro espino», ¿recuerdan? Muta como Yolanda Díaz, la vice segunda que ha pasado de la guerra feroz por cargarse la reforma laboral a pedir sosiego a sus chicos de Podemos «para cuidar la coalición», o sea, que menos gritos por el recibo de la luz y más mimitos a Pedro. Muta como Pablo Iglesias, quien, aparte de cortarse la coleta, tras una temporada meditando en el desierto ha pasado de vice tercero, líder y ministro no recuerdo ahora de qué, a tertuliano de Rac1 y la SER a la espera de que Jaume Roures lo transforme en el nuevo Jordi Évole o Jorge Javier Vázquez en silla fija de «Sálvame Deluxe», que todo puede ser en este circo nuestro. Muta como el propio PSOE, que suelta el lastre de Lastra para dar paso en el Congreso a la voz más dulce y afinada del canario Héctor Gómez. Muta como Puigdemont, que ha evolucionado de la sardana a las danzas cosacas de los Coros del Ejército Ruso. Cristina Cifuentes, ex presidenta y ahora estrella televisiva, dijo en referencia a los eternos insatisfechos, o sea, los mutantes: «Sois como la gata Flora: si se la meten, grita, y si se la sacan, llora». De tanto mutar, Sánchez será pronto «El increíble Hulk». Más increíble que verde, claro.