Fotografía

Ya no compensa

La Razón
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El mayor problema es que quedan pocos «topless» por enseñar, poca gente a la que pillar in fraganti. Podríamos pensar aún en los cachorros de la «jet», en aristócratas e hijos de banqueros y empresarios como la familia Bono o las pequeñas de la Preysler. Pero, en realidad, todas las que quedan por enseñar delantera son unas niñas pijas, unas mojigatas estrechas que no sólo no harían «topless» jamás (ni siquiera delante de sus maridos), sino que lucen unas bragas náuticas de abuela y unos estilismos viejunos que no se cambian ni cuando surcan los mares en sus yates con la «chupipandi» de turno. La generación anterior, que podría proporcionar suculentas imágenes, ya ha escarmentado y tiene buen cuidado de no ser pillada enseñando más de lo necesario. Hoy ya no queda gente en España interesante, ni siquiera Marta Sánchez o Lolita se atreven a destaparse. El caso de Paz Padilla ha sido anecdótico y Karmele... Simplemente quería llamar la atención. Pero las que serían cotizadas son unas desaboridas. A esta situación complicada se suma que no hay dinero para pagar los «topless»: a un fotógrafo no le compensa estar 15 días de guardia esperando el millonario descuido porque, simplemente, no lo amortiza. Antes montábamos incluso equipos de «paparazzi», pero ahora pillar un desnudo es una afortunada casualidad. Además, desde que Estrasburgo afirmó que el «topless» de Carolina de Mónaco en su barco era ilegal porque ella se había alejado de la costa, nos metemos en un lío. Y por 6.000 euros que pagan por unas buenas fotografías... Ya no compensa.