Reino Unido

Los laboratorios tachan a Sanidad de «desleal» por su campaña pro genéricos

La última campaña de ahorro del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad ha puesto en pie de guerra a los laboratorios farmacéuticos. El Ministerio que dirige Leire Pajín ha emprendido una ofensiva, anuncios en televisión incluidos, para promocionar los medicamentos genéricos, como parte del plan para combatir la bancarrota sanitaria

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Pero, para la principal patronal de los laboratorios, Farmaindustria, en esta iniciativa puede haber más que simple afán informativo: cree que Sanidad puede incurrir en «competencia desleal».

Así lo aseguró el presidente de la entidad, Jordi Ramentol, a Ep. «Tras analizar la campaña de Sanidad hemos evidenciado que, a nuestro juicio, hay elementos que no se ajustan totalmente a la veracidad y se traslada al ciudadano de forma taxativa la falsa sensación de que los genéricos, aun teniendo acreditada su calidad, eficacia y seguridad, poseen idénticos atributos que los originales de marca, lo cual no es exacto», señaló Ramentol.

No siempre más baratos

El presidente de Farmaindustria se quejó de que la campaña hace «especial énfasis en señalar que los genéricos cuestan siempre menos que los originales de marca, cuando lo cierto es que los medicamentos originales pueden ser más baratos, más caros o del mismo precio que los genéricos».

Pero los argumentos del presidente de los laboratorios farmacéuticos no son los únicos en contra de la campaña de Pajín. Los resultados de iniciativas similares en otros países dan la razón a Farmaindustria. Es el caso de un programa que el National Health Service (NHS) de Reino Unido puso en marcha el año pasado. El plan consistía en que los farmacéuticos sustituyeran los medicamentos de marca por genéricos. Antes de llevarlo a cabo, el Departamento de Salud realizó una consulta pública entre más de 500 organizaciones profesionales y sociales, así como destacados líderes de opinión. El resultado evidenció una falta de consenso y una fuerte percepción de que la sustitución por genéricos «podía afectar negativamente a la seguridad del paciente, y generar una carga adicional de trabajo para los profesionales sanitarios», según indica el informe, al que ha tenido acceso este periódico.

Además, no se alcanzó un acuerdo sobre los beneficios económicos, y la sensación generalizada fue que el «esfuerzo» que supondría la puesta en marcha del programa de sustitución «sería superior a los beneficios». Ante estos resultados, el Departamento de Salud británico optó por abandonar el proyecto.