Educación

El gobierno «loveland»

La Razón
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La tierra del amor y la felicidad. El mito de los hippies y sus sucedáneos. La visión idílica de Mayo del 68 y las revoluciones, como la portuguesa con los jóvenes estudiantes poniendo claveles en los fusiles de los soldados. El problema es que el mundo perfecto y bonito de «loveland» está bien para la universidad, pero no tiene ningún sentido cuando se está en el gobierno. La política exterior de Moratinos, la de Defensa de Chacón o la social de Aido &Trini, por poner algunos ejemplos, es la mayor expresión «loveland» del planeta. No sé quién debe ser el ideólogo, pero sus planteamientos parecen surgidos del cuestionario para el concurso de Miss Mundo. Nuestra política exterior rechaza los conflictos, niega la guerra, contempla el Ejército como una ONG sin pistolas y defiende esa inconsistente Alianza de Civilizaciones. Es el «flower power» que vivieron Serrano, Salgado o Rubalcaba en la universidad convertido por los más jóvenes, décadas después, en el mundo de «loveland».