Conflicto IsraelPalestina

OPINIÓN: Zona VIP / Por María José Navarro

OPINIÓN: Zona VIP / Por María José Navarro
OPINIÓN: Zona VIP / Por María José Navarrolarazon

Mi amigo Ismael, que va de moro en las fiestas de Onteniente, considera que el trajecito de Moratinos debería ser uniforme gubernamental para los restos. Los que vamos a nuestro sucio asiento azul al Calderón sabemos de la afición de Miguel Ángel Moratinos por el Atleti, que se extiende, que conozcamos, a uno de sus hermanos. Los Moratinos van al palco como Perico por su casa. No nos parecería mal si no fuera porque su hermano podría perfectamente abonarse a este club centenario y encontrar un asiento a su medida. No digo ya el ministro, que se supone que, por seguridad, debe abstenerse. Me dirá Don Luis, el hermano, que vive fuera, pero de esos leales que viven en el extranjero todo el año se encontrará muchísimos atléticos que siguen conservando su abono para testar de vez en cuando el pulso de la grada y bajar a la arena, que es una cosa sanísima. Este pasado lunes mi periódico de mi alma publicaba en portada a Moratinos, Miguel Ángel, luciendo turbante de gala y manto de mando. Fue el invitado de honor de una asamblea afgana, donde nuestro Ministro de Exteriores parece que se maneja con mucha soltura después de sus años como mediador en una de las más conflictivas zonas del mundo. No esperen de servidora una crítica feroz por, según sus contrarios, haber estado vendido a Arafat. No creo que Moratinos haya dado cobertura política más allá de la necesaria a Arafat ni a sus secuaces, ni a los terroristas ni a nada parecido. No llevo pañuelo palestino, así que relájense, porque no tengo edad y porque yo ya no soy más que de aquellos que buscan hacerse preguntas y cuando llegan a una conclusión, se llevan la contraria a sí mismos, es decir, tengo el cuenco de certezas vacío. Fue Moratinos a una asamblea afgana y se hizo una foto encantado de la vida con el manto que le regaló el gobernador de la región a la que acudió, y estaba tan pancho que daba la sensación de que se había olvidado de lo esencial. Más allá de la desgana que nos gastamos los españoles en esto de creer en nuestra clase política, lo de asistir al palco es entendible, pero no exime a Moratinos de tratar de pelear por esa pobre gente que ni vota, ni opina en libertad, ni vive tranquila. Por Cuba tiene uno que remangarse, Ministro, o quedará Vd (con la distancia que requieren los dos ejemplos, por supuesto) como queda cuando va al palco del Atleti. Gañotero y distante. Así le vemos.