Barcelona
El Parlament responde al TC: Cataluña es una nación
Tripartito y CiU plantaron ayer cara a la sentencia del Estatut mediante un acto de reafirmación nacional en el Parlamento de Cataluña. A iniciativa del presidente de la Generalitat, José Montilla, la Cámara catalana aprobó una resolución que expresa su «disconformidad» con el fallo del Tribunal Constitucional y que ratifica punto por punto el preámbulo del Estatut, el cual explicita la definición de Cataluña como «nación».
Montilla halló esta salida para mantener a salvo la frágil unidad catalana que se formó el pasado 10 de julio durante la multitudinaria manifestación en Barcelona, que transcurrió detrás del lema «Somos una nación, nosotros decidimos». La ratificación del preámbulo del Estatut por parte del Parlament fue considerada por todas las partes como un «mínimo común denominador». PSC e ICV firmaron la propuesta de resolución , CiU y ERC la apoyaron sin ningún entusiasmo puesto que querían elevar el listón soberanista, mientras que PP y Ciutadans la rechazaron. «Le quiere dar un valor político a lo que no tiene valor jurídico. ¿No tiene nada más que ofrecer a los catalanes?», se preguntó la portavoz parlamentaria de los populares, Dolors Montserrat.Montilla se mostró satisfecho de su iniciativa porque el frente catalán no se derrumbó, tal y como se temía después de la fracasada reunión de anteayer en el Palau de la Generalitat entre el presidente, Artur Mas, Joan Puigcercós y Joan Herrera. En esa cumbre, el líder de CiU ofreció su apoyo a cualquier resolución consensuada por el tripartito. A la vista de que no era fácil que PSC y ERC se pusieran de acuerdo, Mas se lo puso ayer más sencillo a Montilla: «Haga usted una propuesta, hágala llegar a los grupos parlamentarios y la que usted nos haga llegar a CiU, a pesar de que podamos considerar que no es estrictamente la nuestra, a pesar de que a nosotros nos gustara ir por otro camino, un poco más allá, sea la que sea, Convergència i Unió la votará».«En esta hora grave y exigente»Con ese cheque en blanco se fue el presidente de la Generalitat a almorzar. Antes, a las 9:00 de la mañana, Montilla abrió el debate extraordinario sobre la sentencia del Estatut apelando a «reavivar el espíritu constitucional abierto e integrador». El jefe del Gobierno de Cataluña, con gesto adusto, apeló a la unidad catalana «en esta hora grave y exigente». Lamentó que el TC haya «limitado seriamente la capacidad del Estatut para profundizar el autogobierno, dejando esta posibilidad de nuevo en manos de la negociación con el Gobierno del Estado» y adviritó de que la visión del Alto Tribunal llevada al extremo «haría imposible la integración de la realidad nacional de Cataluña en el marco constitucional».Dicho esto, Montilla apostó por comenzar a negociar con el Gobierno la modificación de más de una decena de leyes y por usar los artículos 150.1 y 150.2, que permiten la transferencia de competencias a las comunidades autónomas. Es la manera, según el presidente de la Generalitat, de rehacer el pacto del Estatut que el TC ha modificado.Pero Montilla está convencido de que todo esto no va a ser suficiente para que Cataluña se sienta cómoda en España y, por eso, abogó por «una reforma de la Constitución que, entre otras cosas, reconozca explícitamente nuestra realidad nacional». Eso sí, «hará falta que se den las circunstancias favorables, que no es precisamente ahora».«Registro mental»Concluida la intervención del presidente de la Generalitat, fue el turno de Mas, que adoptó un tono soberanista en su discurso. Comenzó por advertir a Montilla de que rehacer el Estatut es poco menos que imposible, ya que «no nos aceptan como somos, es un problema de registro mental». En opinión del líder de CiU, «la Cataluña autonómica y constitucional no tiene continuidad eficaz», por lo que defendió inaugurar un nuevo rumbo. «Hemos de forjar nuestro propio camino de futuro, independientemente de si al Estado le gusta esto más o menos», desafió Mas. «¿Con qué límite? Con ninguno», dijo, abriendo la puerta a la independencia.Muy distinta fue la intervención de la representante del PP, que criticó al presidente de la Generalitat por su contradicción de pedir una España plural y no aceptar la Cataluña plural. «Cataluña somos todos. No hable de respetar sentimientos cuando no respeta los de los demás», afirmó con vehemencia Dolors Montserrat, que no se pudo morder la lengua y le aconsejó a Montilla que «no se avergüence de ser español».La dirigente popular también mostró su irritación por el profuso debate estatutario que, a su entender, no es otra cosa que «una cortina de humo» para ocultar la mala gestión de un tripartito que se está mostrando incapaz de combatir el desempleo.Discurso independentistaLa sesión matutina incluyó, además, las soflamas independentistas de Joan Puigcercós, la reivindicación federalista de ICV y la disyuntiva de Albert Rivera, de Ciutadans, que instó a Montilla a escoger entre el Estado de las Autonomías y la independencia.El presidente de la Generalitat escuchó a todos, pero en su almuerzo sólo tuvo atención para meditar la oferta de Mas de redactar una propuesta de resolución. Pensó que ratificar el preámbulo del Estatut era una salida segura. Lo leyó íntegro por la tarde en el Parlament y, cariacontencidos, tripartito y CiU votaron a favor. Y así nadie apareció como culpable de dinamitar el frente catalán.
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