Mónica Margarit: «Un emprendedor no tiene por qué ser empresario»

Madrid- Si el talento juvenil no aflora, hay que buscarlo. Y potenciarlo. Ésa es la meta de la Fundación Príncipe de Girona, que cuenta con la presidencia de honor del Príncipe Felipe y que ayer entregó los premios a la inciativa emprendedora. Eso sí: ser emprendedor no se traduce sólo en la puesta en marcha de un negocio.

–Uno de los lemas del Fórum Impulsa es que los jóvenes pierdan el «miedo» a emprender. ¿Qué temen?
–Hay un tema importante: la educación. Un niño de 3 años no tiene miedo al riesgo. ¿Por qué a los 20, aunque esté deseando escribir novelas, estudia Derecho? Hay que buscar un modelo para motivar a los jóvenes universitarios.
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–¿Debería el sistema incluir una asignatura de fomento a la emprendeduría?
–Las necesidades no son las mismas en un adolescente que en un niño; para éste debemos fomentar la creatividad. En algunos momentos educativos bastará una asignatura, en otros no.

–¿Qué diferencia a un emprendedor de un empresario?
–Un emprendedor aporta valor añadido a su trabajo, es proactivo, tiene iniciativa y no teme el fracaso. Y no necesariamente para levantar una empresa: puede ser novelista, artista o científico.

–La crisis, ¿es propicia para extraer el talento?
–Hay varias teorías y los números no dan la clave. Yo creo que está bastante equilibrado y que los mensajes de optimismo son fundamentales.

–Los chicos y chicas de hoy, ¿son menos emprendedores que sus padres y abuelos?
–Mi impresión es la contraria. En los 60 los abuelos, entonces jóvenes, emigraron por trabajos no cualificados. Hoy sus nietos se van a investigar a Finlandia o de ingenieros a Alemania; éste es un indicador de cambio.