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La «sangre artificial» clave para satisfacer la demanda
Cada año se recogen en todo el mundo unos 93 millones de donaciones de sangre, y el envejecimiento de la población hará crecer aún más la demanda, por eso la "sangre artificial"se ha convertido en prioridad para los científicos, como Koji Eto, quien en dos o tres años empezará con ensayos clínicos.
Así lo ha señalado hoy este investigador en un acto en la Fundación BBVA, donde ha presentado sus logros para obtener plaquetas a partir de células de piel "reprogramadas".
"Dentro de dos o tres años comenzará la primera fase de los ensayos clínicos destinados a determinar la seguridad de las plaquetas", pero para los resultados de ensayos clínicos a mayor escala "habrá que esperar una década", ha señalado Eto.
El investigador del Centro de Investigación y Aplicación de Células iPS -células madre pluripotentes inducidas- en la Universidad de Kioto ha conseguido inducir por primera vez la formación de plaquetas perfectamente funcionales a partir de células de piel, ha informado la Fundación BBVA en una nota.
"Mi equipo tiene como objetivo la obtención de células de la sangre que permitan el desarrollo de un sistema de transfusión de sangre estable y seguro y que no dependa de la donación", ha dicho.
En este sentido, ha indicado que espera que las plaquetas obtenidas a partir de líneas celulares contribuyan a lograr "el viejo sueño de disponer de sangre artificial".
Eto ha detallado que las células iPS tienen un potencial enorme, sin precedentes en aplicaciones médicas y farmacéuticas.
Estas células fueron generadas en 2006 por Shinya Yamanaka, del mismo centro que Eto, y poseen la capacidad de convertirse en cualquier tipo celular especializado (hasta este trabajo se creía que esta habilidad era exclusiva de las células madre embrionarias).
Para conseguir las plaquetas, el grupo de Eto estableció previamente una línea celular (células inmortales que se reproducen indefinidamente in vitro) de megacariocitos, las células precursoras de las plaquetas, obtenidas a partir de células de piel reprogramadas.
Luego inyectaron las plaquetas obtenidas en ratones y comprobaron que ejercían las mismas funciones que las plaquetas normales y también que su vida media en el organismo era normal.
"Aún estamos optimizando el protocolo para generar la línea celular de megacariocitos", ha admitido Eto.
El siguiente paso son los ensayos clínicos para determinar si las plaquetas funcionan en el organismo humano.
El trabajo es relevante pero las aplicaciones clínicas de su hallazgo no son inmediatas, ha afirmado el propio científico.
"Incluso cuando se optimice la generación de plaquetas a partir de megacariocitos el principal obstáculo será la cantidad: se necesita, en principio, un enorme número de factorías celulares para fabricar las plaquetas que necesita un humano", ha subrayado.
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