Actualidad
Ventosa por José Muñoz Clares
Curioso fenómeno estacional que tiene que ver con seres acostumbrados al mando a los que el culo les hace ventosa y al tiempo de quitarse se llevan la poltrona a cuestas como signo del poder que tuvieron. La situación es incómoda. Obligados a cargar con la poltrona, mayor cuanto más alto ascendieron (y más pegada cuanto más aposentaron el culo en ella) acaban con un bulto pegado y un móvil silencioso al que miran desasosegados porque ya no suena. Piensen en el Gobernador del Banco de España; pues no habrá tenido ese hombre días de gloria y aduladores; ahora está afectado por el efecto ventosa hasta el extremo de no ser consciente de que no se le quiere. Los nuevos gobernantes no comparten sus criterios pero ahí sigue él, aferrado a una poltrona de la que ni puede ni quiere librarse o, lo que es lo mismo, muerto y embalsamado pero sin darse cuenta. Muy otra ha sido la conducta del Fiscal General del Estado, que tuvo la decencia de caer arrastrado por quienes lo habían nombrado. Para librarse de su ventosa tuvo que pincharse el culo para deshacer el vacío pero ha dejado tras sí gentes de su confianza que, de no ser por lo de la ventosa, se habrían ido arrastrados por su mentor. ¿Qué si estoy pensando en alguien? Sí pero sin señalar, que luego se ofenden mucho y dejan de saludar. Sólo diré que las Fiscalías de las Españas andan llenas de ejemplos. Y hasta la lengua da signos, dada la resistencia a morir que ha demostrado el palabro «miembra», producto de la ínclita Aído, que aún flota como ventosidad cultural de cuyos humores no nos libramos por obra y gracia del sr Montoro, del PP, que ha hecho bueno lo de que no se puede andar diciendo tonterías sin que eso tenga consecuencias a corto plazo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar