Paulinho gana en el paseo

Había cuestas, pero no había ganas. La montaña del lunes de Contador y Andy Schleck les dejó sin ninguna intención de moverse. Y fueron otros, los que miran la clasificación desde el fondo, los que se animaron a pedalear más rápido sin que nadie por detrás hiciera nada por evitar su marcha.

Paulinho y Kyrienka fueron los últimos supervivientes. Compañeros de camino desde el kilómetro 30 de etapa. Demasiado tiempo juntos como para que nadie regalara nada. Arrancó Paulinho el primero, con fuerza, más seguro de su capacidad para el esprint. Pero Kyrienka no quiso rendirse. Cuando Paulinho dejó de pedalear, el bielorruso allí seguía, por detrás, empujando con los riñones para recuperarle terreno al portugués. Paulinho miró hacia atrás, pensando que ya era el ganador, pero tuvo que volver a acelerar para levantar los brazos. Fue un acto reflejo, para demostrar que él era el ganador, aunque no parecía muy seguro.

El portugués se sentía feliz por haber recuperado el orgullo de su equipo, el RadioShack de Lance Armstrong. «Para nosotros es un día de fiesta, somos un equipo muy unido que no ha tenido nada de suerte en días atrás. En la llegada sabía que era el más fuerte, hablamos esta mañana de tener cuidado con las escapadas y afortunadamente conseguí meterme en una», explicó.

El pelotón, de paseo, llegó a más de catorce minutos. Lance, el jefe de Paulinho, volvió a perder tiempo. Casi minuto y medio con los favoritos. Pero no importa. Ayer estaba feliz porque su equipo había ganado. Es su única satisfacción de la carrera.