Actualidad
«No le veo capaz de hacer daño a María La quería mucho»
MADRID- «Va a volver». Es lo primero que dice Antonia Revuelta sin que preguntes nada. No es ninguna loca. El drama que le ha tocado vivir no ha afectado a su cordura, es sólo que su amabilidad es tal, que es ella quien comienza a hablar del tema por si te incomoda preguntar ciertas cosas. La serenidad y ausencia absoluta de rencor de Antonia dejarían a cualquiera sin palabras. Hoy hace un año que comenzó a vivir una pesadilla pero, sin darse cuenta, hasta justifica al que se supone es el causante del daño. «Estaba pasando una mala racha. Hacía poco que murió su madre y apenas una semana antes de hacer eso, falleció su abuela. Pero no creo que él haya sido capaz de hacer nada malo». Antonia, o Toñi, como la llaman en el barrio, habla de Javier Sánchez Toledo, el presunto asesino de su hija María Piedad. «Me da mucha pena. Cómo tendría que estar para hacer una cosa así». Toñi se refiere al suicidio del presunto verdugo de su hija, dos días después de la fatídica cena de empresa de la que María nunca volvió. «Él la quería mucho, o eso parecía. Yo creo que se la ha podido dar a alguien para que la retenga». Nadie puede quitarle a esta mujer la costumbre de asomarse al pasillo cada vez que se enciende la luz del portal de madrugada, porque no hay ningún indicio de que María Piedad esté muerta. Pero lo único que se sabe de ella tampoco es nada alentador: unas gotas de sangre a orillas del río Guadarrama cotejadas con el ADN de Toñi cercioran que María estuvo allí la madrugada del domingo 12 de diciembre y sangró. Los repetidores sitúan a la pareja en el lugar pero Javier dio después muchas vueltas con el coche. Se le perdió la pista el martes en Méndez Álvaro, donde tiró los tres móviles a la basura (dos suyos y el de María). Allí cogió un autobús con destino a El Escorial, donde se ahorcó. La Guardia Civil ha rastreado pozos, ríos, montes, vertederos y terrenos urbanos sin éxito. Un año después, sigue sin haber rastro de la joven.
Concentración de apoyo en el Ayuntamiento
El alcalde de Boadilla, Antonio González Terol, ha convocado para las once de la mañana una concentración de apoyo a la familia García Revuelta con motivo de la efeméride. A su hijo mayor, Alejandro, de 10 años, no le hace ninguna gracia que haya una foto enorme de su madre en la plaza. El pequeño Aitor, de 21 meses –hijo de la pareja– aún no se entera de nada. «Es clavado al padre», asegura su abuela Toñi.
✕
Accede a tu cuenta para comentar