Barcelona
La «suerte» de ser etarra
Noelia es portadora del síndrome de X Frágil (la primera causa de deficiencia mental hereditaria) y necesita someterse a un tratamiento de fertilización in vitro para tener hijos. De sus 13 genes, sólo tres están sanos. Su marido y ella acudieron a la Sanidad Pública.
«Hago todas las pruebas y me apunto en la lista de espera del hospital. Después de un año de cola, en el primer intento no lo conseguimos. Otro año en lista y en el segundo, tampoco». Sin fuerzas para esperar más, Noelia actualmente insiste a través de la privada. Coste: 12.000 euros.
Nerea Bengoa ha tenido más suerte, por el momento. No se queda embarazada de su novio y, tras la autorización en mayo de este año del Ministerio del Interior, recibió el tratamiento de fecundación in vitro en septiembre. Después de los dos periodos menstruales requeridos médicamente, ya en noviembre Nerea tuvo plaza para intentarlo de nuevo, una punción ovárica. Si no lo consigue puede esperar una tercera oportunidad, la última permitida por la Sanidad Pública.
Noelia es profesora de historia. Nerea, etarra. Noelia da clases a niños en un colegio de Murcia. Nerea fue miembro de los comandos Araba y Barcelona. Su novio, Fernando García Jodrá, perteneció al último. Cuatro asesinatos en tan sólo tres meses, entre ellos, el de Ernest Lluch.
Paradójicamente, el ministro de Sanidad durante el Gobierno de Felipe González fue el impulsor de la Ley General de Sanidad, que garantiza el acceso de todos los ciudadanos a un sistema sanitario público, del que Bengoa se beneficia. Ambos cumplen condena en cárceles diferentes.
Nerea, en Córdoba, y «Txomin», en Huelva. En cada ocasión se le traslada junto a su novia, visitas que se prolongan dos o tres días, y que son costeadas por Interior. Unos 500 euros aproximadamente. Por otro lado, cada tratamiento de la etarra le supone a la Junta andaluza 5.000 euros.
Aunque, según el SAS, más de 2.500 parejas andaluzas se encuentran en listas de espera para proceder a la inseminación in vitro, legalmente los terroristas tienen derecho a la Seguridad Social, igual que cualquier otro ciudadano. «Cuando un interno solicita un tratamiento tiene todo el derecho a recibir esa prestación, según la Constitución», explican desde Instituciones Penitenciarias. «Se apunta a la lista de espera y acude cuando le toque». Es decir, que Nerea procedió como cualquier ciudadana.
«¿Dos meses entre un tratamiento y otro?», pregunta Noelia, al recibir la noticia. «Eso es imposible. Me estoy cabreando. Que ha recibido un trato de favor es evidente. No conozco a nadie que en tan poco tiempo la hayan vuelto a atender», dice.
Es murciana, cada Comunidad tiene unas listas de espera en sus hospitales diferente. «Entre un tratamiento y otro como mínimo pasan seis meses en este hospital. Como mínimo», señala una administrativa del hospital Reina Sofía de Córdoba, al llamar para pedir información sobre los pasos a seguir para recibir inseminación in vitro. Donde Nerea recibe tratamiento.
En la web enFemenino.com, mujeres cordobesas cuentan su caso. «Yo empecé en abril de 2008 y ya me han llamado para empezar el tratamiento, primero me han mandado tres inyecciones para tener los ovarios en reposo (11-03-2010)». «A mí en mayo me dijeron que la lista era de 3 años. Y una chica comentó en febrero que estaban llamando a las de febrero de 2006, pero según el Diario Córdoba van a ir mucho mas rápido, a ver si es verdad (4/3/2009)». «No te de- sanimes, una chica que yo conozco se la ha hecho en Córdoba en menos de año y medio. Si lo comparamos con los de otras ciudades andaluzas no está mal porque en Sevilla tarda tres y cuatro años. Esta chica se quedo en el primer intento (26/1/2009)». «Llevo apuntada en la Seguridad Social en Reina Sofía dos años. Los requisitos que te exigen en la Unidad de Reproducción para una FIV son discriminatorios y anticonstitucionales: la edad, número de intentos, hijos anteriores, enfermedades ... y muchos más. La seguridad social es una vía paralela pero que sé que nunca me tocará a mí porque no encajo en alguno de esos puntos anteriores (7/11/2008)».
La sevillana Ángela Martínez se considera una afortunada en cuestión de tiempos. Cuenta que se operó de un quiste en el ovario, pero el médico no le informó de que sólo tendría un 1% de posibilidades para concebir. En 2007 se presentó en la Clínica Virgen del Rocío para someterse al tratamiento de inseminación in vitro. Tres años de espera, intento fallido. En el mismo hospital le aconsejaron que acudiera a un centro privado. Por 9.000 euros, quedó embarazada a la primera.
Pero sufrió un aborto. «Me iba mal económicamente y lo volví a intentar en el de Virgen del Rocío», cuenta la andaluza. «Esta vez me dijeron dos años de espera para el segundo intento. A base de insistir di con una buena persona que se compadeció y me sugirió mandarle de nuevo el expediente. Pasaron seis meses y me cogieron».
Carmen Flores, presidenta de la Asociación del Defensor del Paciente desde hace 13 años, asegura llevar más de 20 casos anuales. «En caso de que la etarra se apuntara a las listas en mayo yo te confirmo que a las personas normales no le dan plaza en cuatro meses en ninguna Comunidad. Y, desde luego, entre prueba y prueba nadie espera sólo dos meses», asegura. «Yo tengo un caso en Andalucía precisamente, que la chica estuvo esperando cuatro años, al primer intento no quedó embarazada y le dijeron que no la atendían más. No tuvo medios para irse a la privada».
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