Nueva York

Hombre ligero de cascos

La Razón
La RazónLa Razón

El imaginario «machista» califica a una mujer con facilidad para mantener relaciones sexuales como «ligera de cascos». Pues bien, en un mundo paritario podemos afirmar que Strauss-Kahn es un hombre «ligero de cascos». Probablemente, esta manera suya de ser le ha llevado a la difícil situación judicial por la que atraviesa, tanto si sus enemigos han urdido un montaje contra él como si él es el único responsable.
Ayer, los abogados del excelente bufete que ha contratado y los fiscales de Nueva York encargados del caso, en el que está acusado por presunta agresión sexual e intento de violación, se reunieron para ver cómo dar un nuevo enfoque al sumario.
El Ministerio Público insiste en que las pruebas sugieren que sí hubo agresión sexual en la habitación del hotel que ocupaba Strauss-Kahn el 14 de mayo, aunque admite que el testimonio de la mujer está perdiendo credibilidad.
En todo caso, está claro que la camarera acudió a la habitación porque se le requirió; tampoco hay dudas sobre la existencia de relaciones sexuales. El quid está en demostrar que no fueron consentidas.
Por eso, ambas partes pueden acordar que el político socialista francés se declare culpable de algún delito menor, de suerte que al no llevar aparejado pena de prisión, pueda regresar a Francia. Pero en su país tampoco lo va a tener fácil, pues se encontrará con la querella contra él de la periodista Tristane Banon. Le acusa de intentar violarla hace ocho años en París, cuando tenía 24 y le entrevistaba para su libro «Errores confesados».