Sevilla

El tocino y la velocidad

La Razón
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A los coches no les podremos meter la sexta, tardaremos diez minutos más en llegar al trabajo y entre Sevilla y Granada acaban de poner cuarenta kilómetros extra. Eso, por lo pronto. En el peor de los casos, con alguna multa de por medio.

Todo a traición, que así es como les gusta hacerlo y como nos acaban de colar desde el Gobierno esta nueva subida de impuestos enmascarada, que es, en realidad, la limitación de velocidad en las autovías españolas. Como estamos curados de espanto, ya sabemos que cada vez que alguien dice que va a aplicar una nueva medida «por nuestro bien», y particularmente si quien lo dice es el Gobierno, lo primero que debemos hacer es echarnos mano a la cartera. Por si las moscas. Esta vez tampoco iba a ser una excepción. Entre lo que nos cuidan por un lado y lo que nos roban por otro, vamos a ser el país más mimado del mundo. Nos lo sabemos al dedillo y, aún así, nos acaban de meter un nuevo apunte en la cuenta de gasto en pleno puente del Día de Andalucía y con la gente en la playa comentando la jugada, para que luego digan que los socialistas no cuidan bien a Andalucía. Lo han llamado plan de choque, que casualmente siempre choca contra los mismos, y a fuerza de inflarnos a carantoñas y restricciones a más de uno se le empiezan a inflar también las demás cosas. ¿Cómo es posible, con lo bien que iba el plan del ministro Sebastián para ahorrar costes energéticos regalando bombillas de bajo consumo, que ahora nos vengan con lo de la velocidad? ¿Pero es que el Gobierno no sabe hacer otra cosa que mangonearnos las carreteras y tocarnos permanentemente los fogones? Pues parece que no. Y que esta carrera a ninguna parte jalonada con «boutades» a cuál más portentosa, no puede terminar sino con el denortamiento total de quien gobierna o con la pérdida de esperanzas en la gente.

En plena crisis del millonario fraude de los ERE, nos vienen a decir, a nosotros, que ahorremos, con la de dinero que precisamente podían haberse ahorrado si hubieran evitado el robo. Muy mal deben de andar las cosas para que, con tres ministros haciendo simultáneamente campaña en Andalucía, prefieran tenernos hablando de los recortes en lugar de hablar de sus escándalos. Y atentos a la pantalla que todavía son capaces de cualquier cosa. Porque no es que se confundan de asunto, pero han empezado por la velocidad y muy pronto le podría llegar el turno al tocino. Al tiempo.