París

Liliane Bettencourt declara en su casa ante agentes de brigada financiera

La multimillonaria heredera de L'Oréal, Liliane Bettencourt, declaró hoy, en calidad de testigo, ante agentes de la brigada financiera de la policía, que se trasladaron al domicilio particular de la octogenaria.

Los encargados de la investigación del escándalo que rodea a la multimillonaria han tratado de aclarar con ella algunas de las incógnitas sobre su patrimonio y sobre la investigación preliminar abierta por la Fiscalía de Nanterre por presunto fraude y evasión fiscal. El testimonio ha durando unas dos horas, según declaró a la prensa el abogado de Bettencourt, George Kiejman, quien precisó que las preguntas se centraron en las cuentas que la rica heredera posee en Suiza, en la situación fiscal de la isla de Arros que posee en las Seychelles, y en su relación con el actual ministro de Trabajo, Eric Woerth, también salpicado por el mismo escándalo. Woerth será el próximo en testificar ante la brigada financiera de la policía y probablemente lo hará este mismo martes, según anticipan hoy varios medios de comunicación galos. El ministro de Trabajo deberá aclarar las sospechas sobre su presunta intervención para que su esposa consiguiese trabajo en la empresa que gestiona la fortuna de la heredera de L'Oreal. Recién llegada de sus vacaciones en Formentor (Mallorca), Liliane Bettencourt, de 87 años, ha dado hoy su versión de los hechos desde su domicilio de Neuilly-sur-Seine, a las afueras de París, sin que hasta el momento hayan trascendido más detalles. La dueña del imperio L'Oréal se encuentra en medio de una trama que salió a la luz cuando su única hija, Françoise Meyers-Bettencourt, recurrió a los tribunales para pedir una tutela judicial para su madre, argumentando que no estaba en condiciones de gestionar su fortuna, y para denunciar al amigo de la anciana, el fotógrafo François-Marie Banier, por aprovecharse económicamente de ella. El cisma familiar derivó en un escándalo con ramificaciones políticas y financieras en el que han trascendido grabaciones secretas de mayordomos y declaraciones de ex asesores fiscales que han llegado a salpicar al presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y que siguen poniendo en apuros al ministro Woerth.