Cataluña
La semana de Fernando de Haro
Una de las bacterias más estu-diadas. La Escherichia coli, tristemente célebre estos días, nos ha hecho entender cómo cambian los organismos unicelulares. En 1997 se completó su genoma. Francis Collins le llama el lenguaje de Dios. Pero E.coli es la misma y ya no es la misma.
Se recombina genéticamente de modo permanente. Alguna variedad es inmune a los antibióticos y altamente tóxica. Continuidad y ruptura de identidad que bien sirven de metáfora para la situación política. Porque no es sólo la economía, con permiso de Clinton. El lunes, la dimisión no aceptada de los tres magistrados del TC puso de relieve la profundidad de la crisis institucional. El veto. Ésa es la explicación inmediata de que no se hayan renovado los magistrados. Debería haberlos elegido en noviembre el Congreso con una mayoría de tres quintos. El PSOE ha vetado a Enrique López. Pero haría mal el PP, ahora que va a gobernar, en no frenar las recombinaciones que lo han convertido en un órgano partidista. Un tribunal constitucional, por definición, está entre la política y lo jurídico. El sistema que tiene el nuestro para elegir a sus doce magistrados no es peor que otros. Funcionó razonablemente bien con los primeros tribunales. Se puede perfeccionar. Se pueden alargar los mandatos. Se pueden cambiar los requisitos de acceso para que no se vean tentados de hacer «méritos» con sus sentencias. Se pueden prohibir los vetos. Se puede establecer que sea el partido contrario el que elija a los candidatos de su rival seleccionándolos de una terna. Hay soluciones pero todas insuficientes sin recuperar el material genético originario: juristas de prestigio que prefieran la independencia al partidismo asfixiante.
Provocadora. Esperanza Aguirre al proponer en su tercer discurso de investidura desbloquear las listas electorales. Es factible, no son listas abiertas. Habría que modificar las circunscripciones y hacerlas más pequeñas. La fórmula alemana es buena. Una cepa sana para relativizar el absolutismo partidista. Móvil granate muy oscuro. Es el que gasta Zapatero. Nada aparatoso. Lo cogió el miércoles en el Congreso para leer un mensaje. Quizás fue en ese momento cuando La Moncloa le comunicó que iba a corregir su respuesta sobre el 15-M. El presidente no podía dejar de estar preocupado por el atropello en el parlamento de Cataluña. O sí. Rubalcaba negó el viernes que haya fractura social. La Transición fue el mejor antibiótico contra la antipolítica y contra un modo de hacer política que desencadena violencia. Pero a partir de 2000, cuando el centro-derecha ganó por mayoría absoluta, se indujo una recombinación genética que rechazó las virtudes con las que recuperamos la democracia. El aire está contaminado. La fiesta que dio Bella Fleace es el título de uno de los cuentos de Evelyn Waugh recién publicados por RBA. Una vieja señora irlandesa prepara un lujoso baile y convoca a todos sus antiguos amigos del país. Los preparativos duran meses. La noche fijada suena la música pero no llega nadie. Se le había olvidado enviar las invitaciones. Puede pasarle lo mismo a nuestra democracia. Las instituciones no bastan, hacen falta invitados que no persigan sueños utópicos, que construyan la ciudad común. Amenaza. Si la Ley de Igualdad de Trato sale adelante, el Gobierno saliente creará en sus últimos días la autoridad administrativa que vigilará nuestra fidelidad a la ideología de género. fdharo@populartv.net
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