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Felipe González de vacaciones en Punta Cana por Jesús Mariñas
Rosa Clará estaba lógicamente deslumbrada ante lo que parecía un montaje poco frecuente en una tardía verbena de la Paloma. No dejaba de recordarle a María Freixa que no había conseguido reserva en el restaurante de su hermano Ramón, imprescindible de la hostelería madrileña. Su cocina derrocha exquisitez en los bajos de un céntrico hotel muy al estilo parisino. El de Freixa es uno de los nuevos grandes, equiparable a Zalacaín, que se mantiene contra viento y marea gracias al imbatible Carmelo, un clásico desde los tiempos de Jockey. Aires navideños y caras felices al estilo de Lucio o de José Luis –en especial el que se sitúa cerca del Santiago Bernabéu– que siempre están atestados. El segundo mantiene la excelencia de su inimitable tortilla de patatas. Algo tan fuera de serie como la concentración de VIP el mediodía que la diseñadora barcelonesa descubrió el Cuenco de Pepa, tan frecuentado por Nati Abascal. Durante este almuerzo escucharon cómo Maribel Yébenes confirmaba la separación matrimonial de su hija Miriam. Hace un par de veranos la boda, en la que rebosaban pamelones, fue portada de revista. Destacaron Marisa de Borbón con una Nati excesivamente abrigada. También fue un alarde de sombreros lo que unió a Tracy y Michael Meyer, que disfrutan de su reciente matrimonio. «¡Hay que ver de qué cosas se entera una a toro pasado!», suspiró Maribel. Hoy vuela hacia el calor caribeño. Hará escala en Miami y rematará la travesía en Cartagena de Indias, donde se topará con Gigi Sarasola, que ha recuperado su libertad y su desmadre. La anima Maika Pérez de Cobas, semi-colombiana por viudedad. Tiene la vida resuelta y es la única que mantiene en Madrid las cenas con dos orquestas que tocan en directo.
Clará, que abre ocho tiendas en Venezuela, se rodeó de numerosas «celebrities». Ana Rosa Quintana y Juan, entre otros. Ella asistió con un juvenil bolero en napa naranja. Conversaron con Manu Tenorio y Joaquinito Prat. Arturo Fernández y Carmen Quesada compartieron pescado con Germán Álvarez, que asombró por su abrigo de cuadros de galés, mientras Simoneta Gómez Acebo exhibió un aire casi «grunge». La fiesta finalizó con música: guitarra flamenca y cantaores. Doble placer culinario y artístico mientras comentaban que los Trapote hoy se marchan a Punta Cana con Felipe González y Mar. El ex presidente mantiene su hábito de pagar prodigándose en actos públicos. Allí están invitados los todopoderosos Rainieri, íntimos de Clinton y Kissinger, socios de Óscar de la Renta, y el cascadísimo Julio Iglesias. Residirán en una urbanización súper vip de esa zona dominicana donde hasta hace poco vivían Mar Flores y los duques de Terranova.
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