Barcelona

Arantxa Sánchez Vicario: «La maternidad el mejor partido de mi vida»

El 21 de octubre recibirá Haile Gebrselassie el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes; Arantxa Sánchez Vicario anunció el viernes la victoria del atleta etíope y confía en estar presente en la ceremonia de entrega. Sólo el inminente nacimiento de su hijo Leo lo impediría. Arantxa está ahora de siete meses, luce tripita con orgullo y la sonrisa que antes, junto a su tenis, nos cautivó ahora rebosa felicidad materna.

 
 larazon

–Arantxa, le sienta bien el embarazo. Está usted pero que muy guapa.
–Muchas gracias, pero también estoy pero que muy gorda… No, este embarazo lo llevo tan bien como el de Arantxa, fabuloso, sin ningún problema, y además vamos a tener la parejita.

–¿Que la eligieran presidenta del Jurado Príncipe de Asturias de los Deportes ha sido un regalo anticipado o una carga?
–Agradezco que me hayáis elegido vosotros, los periodistas. Soy la primera deportista mujer que preside este jurado, la pionera fue la Infanta Doña Pilar. Me hace mucha ilusión.

–¿Nos ve a los periodistas ahora como cuando jugaba al tenis y estaba en la cresta de la ola?
–Siempre os he visto igual. Sucede que antes, cuando jugaba, andaba pendiente de otras cosas y teníamos menos trato. Ahora estamos más cerca, nos conocemos. Pero el respeto recíproco ha prevalecido siembre, antes y ahora.

–Volvamos a la maternidad, se la ve feliz…
–Es que siempre deseé ser mamá, es el mejor partido de mi vida. Cuando nació Arantxa ya lo dije, que su nacimiento había sido mi mejor partido; ahora estoy con el segundo.

–Y el segundo se va a llamar Leo, ¿hay alguna connotación azulgrana?
–Nos gustaba el nombre a mi marido y a mí y…

–¿Y?
–Somos fanáticos de Leo Messi. Mi marido está entusiasmado.

–Messi es un astro superlativo en el fútbol, ¿cómo calificaría a Brad Pitt y Angelina Jolie?
–Cuando estuvieron en casa, en Formentera, fue un revuelo, la conversación de todo el verano; pero fue visto y no visto. Cuando aparecieron los periodistas ya se habían ido. Son más guapos que en el cine, los dos. Guapísimos. Y durmieron en mi cama.

–¿Ha lavado las sábanas?
–Jajaja… Claro. Son sensacionales, de verdad, y nosotros, mi marido y yo, fuimos la envidia de mujeres y hombres. Cuando trascendió que estaban en casa no paramos de recibir llamadas.

–¿Son cercanos o estirados?
–Cercanos, incluso en medio del ajetreo, y espectaculares.

–¿Cómo se conocieron?
–Brad Pitt estuvo varias veces en el Open USA cuando yo jugaba. Coincidimos, nos presentaron y ya está.

–Usted lo hace todo muy sencillo. A propósito, ¿qué hace ahora?
–Dedicarme a mi hija. Bueno, también organizo el torneo Barcelona Ladies Open, que viene a ser como el Godó de los chicos.

–¿Y qué tal?
–Me resultaba más fácil jugar al tenis. Esto de organizar es más difícil. Hay que buscar patrocinadores... Pero me gusta porque así ayudamos a las jugadoras españolas, que no tengan que estar jugando siempre fuera.

–Buscar patrocinadores le resultará sencillo porque su nombre abre muchas puertas.
–Recibirme, claro que me reciben; pero luego aparece la palabra fatídica: crisis, y todo se complica.

–También es crítico el momento del tenis femenino español. Acostumbrados como estábamos a usted y a Conchita, ahora casi todas las miradas se dirigen hacia los chicos, ¿por qué?
–No tengo respuesta para este misterio. Lo que sí sé es que hay que trabajar desde la base. Es fundamental.

–¿Cree que la mujer es comparable al hombre en el tenis?
–Con los saques de las Williams, a doscientos por hora, alguien quiso ver que sí; pero no. Yo jugaba con mis hermanos y se imponían su fuerza y su velocidad.

–¿Le parece bien que las chicas cobren como los chicos?
–Esa batalla la inició Billie Jean King y ha tardado en dar sus frutos. El tenis está muy bien pagado. Ahora se gana más que antes y el esfuerzo de las chicas en un partido es igual que el de los chicos. ¿Por qué no van a cobrar igual?

–Antes seguíamos el tenis femenino por usted…
–Gracias.

–No hay de qué. Es la verdad, y por Steffi Graf… Ahora nos llama más la atención la indumentaria de las Williams o la aparición de Maria Sharapova.
–Es que ahora la tenista también es modelo. Son chicas guapas y potentes. Antes, sin embargo, había más calidad en nuestros partidos. El juego se imponía a la vestimenta. Pero por lo que te recuerdan es por los torneos que has ganado y por haber llegado al número uno. No me cabe duda.

–Recuerdo de usted el «¡vamos, vamos!».
–Es mi logo y me encanta que Rafa Nadal y Sharapova también lo utilicen.

–Y recuerdo esta frase suya: «En el circuito, hay más peligro en el vestuario de las chicas que en el de los chicos». ¡Guau!
–Es que empecé con 13 años, era una niña y me quedé sorprendida de lo que se veía por allí.

–¿Le tiraron los «tejos»?
–No, pero sí que había unas miraditas… Ahora todo ha cambiado, es más normal. Y, ¡ojo!, que no tengo nada en contra y respeto todas las opciones.

–Aquello es pasado. Futuro: familia o deporte.
–Llevo ocho años sin coger una raqueta y estoy encantada. Para mí, lo fundamental, mi prioridad, son mi marido y mis hijos. Valoro mucho lo que me proporciona la familia. Y, la verdad, aunque organizo el torneo de Barcelona, no sigo mucho el tenis.
–Pero comentaba los partidos en Eurosport con su hija al lado.
–Y se portaba muy bien. No hacía un ruido en la cabina.

–Arantxa le puede salir tenista o periodista…
–Que sea lo que decida. La apoyaré. Sí me gustaría que mis hijos practicaran deporte, aunque sólo fuera por afición. Pero ya te contaré dentro de unos años; aunque estoy segura de que el deporte lo van a llevar en la sangre.
Pues, nada, hasta el 21 de octubre, si Leo no lo impide.


A los 13 años ya era todo un carácter
Arantxa (Aránzazu Isabel María) Sánchez Vicario nació el 18 de diciembre de 1971 en Barcelona. A los 13 años ganó su primer campeonato de España, no sin anécdota. Se apuntó la final en dos tiempos, pues la Federación Española de Tenis interrumpió su partido para que disputaran el suyo los chicos. Al término, ya vencedora y en la tribuna, al recoger el premio señaló al presidente de la FET y le espetó: «Que sea la última vez que nos hacéis esto». Las finales posteriores las jugó todo seguido, eso sí, a primera hora de la mañana.