Sudáfrica
Elba la isla natal del pulpo Paul le dedica una calle
El difunto pulpo Paul, conocido mundialmente por sus dotes adivinatorias durante el pasado Mundial de Sudáfrica, ganado por España, tendrá una calle con su nombre en una localidad de la isla italiana de Elba, en cuyas aguas, según aseguran sus habitantes, fue pescado hace siete meses.
Sólo un día después de conocerse su fallecimiento por causas naturales en el Acuario Sea Life de Oberhausen (Alemania), el Ayuntamiento de Marina di Campo, en el sur de la isla toscana, ha informado de que dedicará una calle al famoso cefalópodo. "Aún no se sabe qué lema llevará la placa: 'Via pulpo Paul, adivino' o 'Sendero pulpo Paul, infalible adivino de eventos deportivos'", explicó hoy la administración en una nota.
Lo que sí es seguro es que la placa conmemorativa estará escrita en inglés y en italiano y dará nombre a un sendero que une la playa de Marina di Campo con la ensenada de Porto Caccamo, muy cerca del acuario donde el cefalópodo pasó los primeros días de su vida.
Poco después de ser pescado en las aguas de la isla de Elba hace ahora siete meses, Paul fue cedido a la joven alemana Verena Bartsch, que se encargó de su educación como "oráculo animal", según aseguran varios medios de comunicación italianos. Existe, sin embargo, otra versión sobre su origen según la cual el difunto Paul tendría orígenes ingleses.
Para despejar cualquier duda, la pequeña localidad de Marina di Campo, situada en la isla de Elba donde vivió Napoleón los últimos días de su vida, ya concedió al pulpo Paul hace un mes un certificado de nacimiento en el que ratificaba sus orígenes italianos.
El famoso cefalópodo saltó a la fama mundial el pasado verano durante el Mundial de Fútbol de Sudáfrica, tras acertar a lo largo del torneo el desenlace de todos los encuentros que disputó la selección alemana de fútbol y el de la final entre España y Holanda, que ganó el conjunto español.
Paul era tentado con mejillones colocados en sendos recipientes decorados con la bandera de los países que se enfrentaban y, entre ellos, elegía al que consideraba que ganaría el encuentro.
Tras conocerse ayer su muerte, el acuario alemán donde Paul pasó sus últimos días de vida, anunció hoy que su sucesor Paul II podrá verse desde la próxima semana en el mismo recipiente aunque de momento se desconoce si tiene las mismas dotes adivinatorias.
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