Bruselas
El próximo 11-S será un ataque cibernético
Europa no se quiere quedar atrás en la lucha contra los ciberataques. Porque, como reconoce el coordinador antiterrorista de la UE, Gilles de Kerchove, «durante los últimos cinco años la Unión ha sido muy lenta para afrontar este fenómeno»
El resultado es que la mitad de los Estados miembros no están preparados para encarar la ciberseguridad, según revela el zar de la lucha antiterrorista europea en una entrevista a LA RAZÓN.
La Comisión Europea presentó ayer su nueva Estrategia de Seguridad Interior, en la que la «ciberseguridad» es una de sus cinco prioridades. Aunque va «en el buen camino», esta estrategia se queda corta para De Kerchove, ante la falta de una aproximación europea para proteger las llamadas infraestructuras críticas, como plantas nucleares, centrales eléctricas o redes de transportes, cada vez más informatizadas y en las que un ciberataque sería fatal para miles de europeos.
«Nadie cuestiona la necesidad de hacer más, y existe un consenso bastante bueno sobre la necesidad de hacer más. La cuestión es cómo proceder», añade. El coordinador propondrá a los Veintisiete una «estrategia de la UE para la protección del ciberespacio», que pivotará «principalmente» sobre la protección de estas infraestructuras críticas.
De Kerchove quiere urgir igualmente a la Comisión a que incluya también los centros tecnológicos de información y comunicación, ante el riesgo que supondría, por ejemplo, un ataque para el funcionamiento del sistema financiero.
Para tener el mismo nivel de preparación, y evitar que un fallo de seguridad en un Estado miembro tenga efectos potencialmente devastadores en el resto de la UE, el coordinador también sugerirá en diciembre establecer «una serie de estándares y criterios que todos los socios deben alcanzar (en la ciberseguridad), así como un mecanismo que permita a la Comisión evaluar el nivel de preparación» similar a lo que sucedió con los aeropuertos tras el 11-S.
De Kerchove también percibe una «alta dependencia» tecnológica de los «routers» asiáticos, «la espina dorsal» de nuestra vida diaria en internet, y propondrá medidas para desarrollar modelos propios a través de programas de investigación comunitarios.
Al Qaida se jacta de sus pocos gastos
El movimiento terrorista islámico presume en su «boletín» oficial, «Inspire», de los barato que le sale montar una operación terrorista, como fue el envío de paquetes explosivos desde Yemen a EE UU.
4.200 dólares, coste de la última operación
En la operación «Hemorragia», lo más costoso fue la adquisición de dos impresoras HP –600 dólares cada una– en las que iban ocultas las bombas. Los teléfonos móviles utilizados como detonadores se pagaron a 300 dólares la unidad. El resto, fueron gastos de envío. Las nuevas medidas de seguridad supondrán millones de dólares para occidente, se jacta Al Qaida
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