Afganistán

Primer paso para el repliegue de Afganistán

El relevo que culmina mañana deja 150 efectivos menos sobre el terreno

El coronel Luis Cebrián (segundo por la derecha), durante el acto de transferencia de la responsabilidad en el liderazgo de la seguridad a las autoridades militares afganas, el pasado día 4
El coronel Luis Cebrián (segundo por la derecha), durante el acto de transferencia de la responsabilidad en el liderazgo de la seguridad a las autoridades militares afganas, el pasado día 4larazon

MADRID- Los últimos paracaidistas que han servido en Afganistán los pasados seis meses llegarán mañana a Madrid con la misión cumplida. El despliegue queda ahora en manos de la Brigada Ligera Aerotransportable (Brilat), que tiene por delante medio año para seguir incrementando la seguridad en la provincia afgana de Badghis. O lo que es lo mismo, para cumplir con los condicionantes que el ministro de Defensa, Pedro Morenés, pone para que se pueda adelantar el calendario previsto, que fecha en 2014 el final del repliegue: el cumplimiento de la misión, el cumplimiento de los compromisos con los aliados y la garantía permanente de seguridad de nuestras tropas. Antes de que se complete el repliegue, el contingente español deberá tener acabado el trazado de la ruta Lithium, que cierra la gran carretera que circunvala todo Afganistán, la «Ring Road».

El relevo que se ha producido en tres tandas en las últimas dos semanas supone, en la práctica, el primer escalón del repliegue. Tal y como estaba previsto inicialmente, este año abandonaría Afganistán un 10 por ciento del contingente, que hasta esta rotación estaba compuesto por poco más de 1.500 efectivos. La Brilat contará para estos seis meses con 1.350 militares sobre el terreno y entre sus misiones deberá cerrar los puestos avanzados de Moqur y Ludina, los dos puntos donde más ataques sufre, y traspasarlos al Ejército afgano. De este modo, el contingente quedará ubicado exclusivamente en la retaguardia de Qala-i-Now y una pequeña parte en la ciudad de Herat, más al sur.

El pasado día 4, el coronel al mando de la agrupación paracaidista, Luis Cebrián, formalizó la transferencia de la responsabilidad en el liderazgo de la seguridad a las autoridades militares afganas. A partir de ese momento las fuerzas del Ejército y la Policía afganas se hacen cargo de la seguridad, mientras las españolas se mantendrán en apoyo a requerimiento de las primeras. Así, las tropas pasan a un segundo plano como mero apoyo de las fuerzas locales, en teoría suficientemente capacitadas para hacerse cargo de la seguridad de la provincia.
Ahora el principal problema sigue siendo por dónde acometer la retirada del material desplegado en el país asiático. Mientras Paquistán siga poniendo trabas a la salida por tierra, el Ministerio sigue buscando las fórmulas para evacuar el material por avión hacia el Golfo Pérsico y desde allí en barco hasta España.

Sea como sea, las tropas deberán llevar el material de Qala-i-Now a Herat por el paso de Sabzak, y ahí reside el otro problema: La presencia en la zona del insurgente Goushadin Shia Khan, el responsable de la marabunta que se lanzó contra la base española de Qala-i-Now en agosto de 2010 tras el asesinato de dos guardias civiles. A partir de ahí entró en la «lista negra» de los aliados, pero fue detectado antes del verano en el único paso viable entre ambas ciudades, reclutando personal y tratando de hacerse con el control de un tramo de carretera de montaña y especialmente peligroso que en otras épocas provocó serios disgustos a las tropas españolas.