Benedicto XVI
Benedicto XVI pide perdón y asegura que los abusos no se repetirán jamás
Roma- Ante más de 20.000 sacerdotes y fieles venidos de todo el mundo, Benedicto XVI afrontó ayer con valentía en su homilía de clausura del Año Sacerdotal la cuestión que más daño ha hecho a la Iglesia durante los últimos meses: los abusos sexuales a menores por parte de religiosos. «Pedimos insistentemente perdón a Dios y a las personas afectadas y prometemos que queremos hacer todo lo posible para que semejante abuso no vuelva a suceder nunca jamás», dijo el Papa, asegurando después que se cuidará más la formación de nuevos presbíteros. «En la admisión al ministerio sacerdotal y en su formación haremos todo lo posible para examinar la autenticidad de la vocación». Para dar una idea de la mano dura que la Iglesia debe tener con los que yerran para que corrijan su camino, el Pontífice utilizó la imagen de la vara y el cayado del pastor. «Las dos cosas entran dentro del ministerio de la Iglesia, del ministerio del sacerdote». La «vara del pastor», apuntó el Papa, debe esgrimirse para proteger la fe y contra las desorientaciones, porque su uso «puede ser un servicio de amor». «No se trata de amor», sin embargo, cuando se permiten «comportamientos indignos de la vida sacerdotal». Esta vara no debe ser siempre utilizada para responder a agresiones, también puede transformarse «en el cayado que ayuda a los hombres para que caminen por senderos difíciles y sigan a Cristo». Las palabras de Benedicto XVI se vieron interrumpidas por los aplausos de los sacerdotes y peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro del Vaticano cuando mostró su esperanza de que el Año Sacerdotal 2010 sirva para animar a las vocaciones de los jóvenes.
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