Sevilla
Cajasol defiende su proyecto original y deslegitima el informe
El Ayuntamiento apuesta por recortar la torre y la entidad pide apoyo político ante la Unesco
Sevilla- El informe del órgano asesor de la Unesco, Icomos, relativo a los daños que la construcción de la Torre Pelli puede producir en la catalogación de la Catedral, el Archivo de Indias y el Real Alcázar como lugares declarados Patrimonio de la Humanidad ya ha obtenido respuesta por las dos partes implicadas. Tanto el Ayuntamiento como Cajasol Banca Cívica, la entidad promotora de la obra, dejaron claro ayer la postura que tienen respecto al futuro del rascacielos en la Isla de la Cartuja. Si por la mañana el delegado de Urbanismo, Maximiliano Vílchez, aseguraba que el Ayuntamiento iba a pedir a la entidad bancaria la paralización de la altura del edificio y que tratarían de llegar a un acuerdo para que se mantuvieran los intereses de ambas partes, por la tarde, Cajasol Banca Cívica emitía un comunicado en el que expresaba su voluntad de llevar hasta el final el proyecto del arquitecto César Pelli. Además, ponía en entredicho tanto la veracidad del informe de Icomos como la validez y relevancia del mismo.
Una propuesta que choca directamente con las pretensiones del Gobierno municipal, que adelantó que no pondrá en peligro la catalogación dada por la Unesco ya que eso supondría una mala imagen de cara al turismo, la principal fuente de ingresos de la ciudad. En este sentido, Cajasol, en su comunicado, mantiene que mantendrá su proyecto, para lo que pide el apoyo de las administraciones de cara a defenderlo ante la Unesco. Un apoyo «explícito» del Ayuntamiento, la Junta de Andalucía y el Ministerio de Cultura «al tener el pleno convencimiento de que con el apoyo de las administraciones, y unificando posturas, este proyecto es absolutamente viable y respetuoso con el entorno de la ciudad así como con los edificios calificados Patrimonio de la Humanidad».
En cuando al informe emitido por Icomos, lo califica de «absolutamente provisional y no vinculante para ninguna administración de nuestro país, ni siquiera para la Unesco». También mantiene que se detectan «errores significativos» tales como la distancia «del proyecto a los bienes patrimonio (600 metros frente a los 1.700 metros, entre otros)». Por ello, Cajasol, se muestra «sorprendida» de que el informe «no contenga ninguna referencia a cómo afecta el proyecto a los valores por los que Unesco declaró patrimonio de la humanidad a los tres monumentos».
En cuanto a la reponsabilidad que tiene en la pérdida de dicha catalogación, señala que se trata de una entidad «muy comprometida» con el territorio andaluz, especialmente con la ciudad de Sevilla en donde se encuentra su sede. En este sentido, se muestra dispuesta a colaborar con las administraciones «en todo lo que sea necesario» así como a «poner todas las herramientas convenientes que demuestren que la integración de un proyecto de esta envergadura con la ciudad es una realidad». A ello, mantiene que este proyecto es acometido por Cajasol Banca Cívica como «parte de su compromiso de desarrollo de Sevilla como ciudad de su sede», recalca.
Por contra, se muestra muy crítica con las especulaciones que se han llevado a cabo tras la visita de los miembros del Icomos, puesto que ningún integrante de la Unesco «ha visitado la ciudad de Sevilla y ha podido comprobar ‘in situ' la realidad de este gran proyecto, el aporte a la ciudad y su no afectación a los edificios calificados como Patrimonio de la Humanidad». Un enclave que la entidad vuelve a remarcar que se encuentra a 1.700 metros del lugar en el que se quiere construir el rascacielos. Es más, pone en entredicho el informe realizado por Icomos, por lo que argumenta que «hasta la fecha, la Unesco no ha considerado en ninguno de los tres comités en los que se ha tratado la posible afección del proyecto a los bienes patrimonio en peligro. De hecho, este último informe de Icomos ni siquiera lo solicita (al contrario de cómo se hacía en el informe de 2009)».
La declaración de Cajasol choca directamente con los intereses del Ayuntamiento, que ayer se mostró dispuesto a frenar la construcción de la torre en su trazado original, por lo que tanto el alcalde como el delegado de Urbanismo anunciaron un proceso de diálogo para que la entidad financiera frenara los trabajos en la torre antes de tener que obligarla a parar la obra.
Un trabajo válido sólo parcialmente
A las críticas vertidas ayer en un comunicado por Cajasol Banca Cívica al informe redactado por los dos expertos de Icomos se suma la postura de la Delegación de Urbanismo, que si bien admite que hay que reducir la altura de la Torre Pelli, no tiene tan claro las otras indicaciones que el organismo ofrece respecto a la conservación de los lugares declarados Patrimonio de la Humanidad. Así, Maximiliano Vílchez quitó importancia a los análisis negativos sobre el impacto del turismo, la presencia de tráfico y la sugerencia de cerrar algunas salas del Real Alcázar.
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