Bruselas
Mayor Oreja: «ETA cree que tiene opciones con el proyecto de Zapatero»
«Estamos viendo un proceso tipo de resolución de conflictos y eso exige un acuerdo entre ETA y el Gobierno». «La banda terrorista ha puesto todas sus energías en la política, necesita urgentemente volver a las instituciones»
MADRID- Todos sus pronósticos sobre la lucha antiterrorista se han cumplido. Está acostumbrado a ejercer de «Casandra» en las negociaciones con ETA, a ser criticado por ello, y a que los hechos hayan acabado dándole siempre la razón. Dice que sabe de lo que habla, y que su obligación como político es hacer diagnósticos –aunque no tenga pruebas «porque no soy un juez»–, y decir la verdad. En esta entrevista Jaime Mayor desvela que cuando él fue ministro del Interior ya le ofrecieron un proceso de negociación como el que ahora no tiene ninguna duda de que está en marcha. –Suenan tambores que anuncian un posible gesto de la «izquierda abertzale» durante este verano en el que marcaría distancias con ETA. ¿Da algún valor a esos rumores?–Es lógico que sea así porque es coherente con el proyecto que estamos viviendo. ETA necesita aterrizar políticamente en las instituciones del País Vasco y hay que esperar que ese cambio del que usted habla se produzca en las próximas semanas, con tiempo suficiente para que el proceso vaya madurándose antes de la fecha de las municipales.–¿Sigue convencido de que hay una negociación bajo cuerda?–Me reafirmo plenamente en lo que dije hace algún tiempo. Estamos viviendo un proceso tipo de resolución de conflictos y eso exige un acuerdo entre ETA y el Gobierno, que son los dos interlocutores. No nos equivoquemos, la izquierda vasca no existe, es una ficción que ahora se está creando para presentarla como algo distinto de ETA. Esa mentira es una necesidad del guión. Pero al final la protagonista no es la izquierda vasca, sino ETA, que es la otra pieza que, junto al Gobierno, da forma al proyecto de resolución de conflictos.–Mientras caen las cúpulas de ETA una tras otra, entenderá que chirríe el discurso que anuncia otra negociación en marcha. –Pero es absolutamente lógico. Los proyectos de resolución de conflictos están blindados a las detenciones. ETA no está hoy en los comandos, está en la política. Algunos intentan hacer creer que ETA ha llegado a las últimas, pero la verdad es que en estos momentos ha puesto todas sus energías en su proyecto político porque cree que en el de Zapatero se producen las condiciones suficientes y adecuadas para conseguir sus objetivos. Y no hay que olvidar que en su esencia el proyecto político de ETA pasa por la fractura de España. Fue de Estella a Perpignan, y desde Perpignan está recogiendo el debate abierto sobre la autodeterminación. Ahora necesita volver urgentemente a las instituciones del País Vasco para seguir con ese proceso de autodeterminación –¿A qué nivel se estaría produciendo la negociación? ¿Directamente con la banda terrorista?–Ya no tiene que haber una mesa entre Gobierno y ETA como en la primera parte del proceso. Pero cuando un proceso se inicia, y hay una primera parte sin resultados, luego hay una segunda parte. Por eso no hay una rectificación de la política antiterrorista del Gobierno, sino una segunda parte del proceso con un formato distinto. –Dice que no ha habido un cambio en la política antiterrorista con respecto a la anterior Legislatura ¿Y no puede ser que simplemente el Gobierno esté utilizando los medios que tiene a su alcance para debilitar aún más a ETA ante un final que parece irreversible?–La apariencia de final es evidente. Pero lo que se está diseñando es el aterrizaje de ETA en las instituciones a través, como ya le he dicho, de la ficción de la existencia de una izquierda abertzale que se separa de ella. Eso está apoyado por ETA. Y luego, si ETA consolida su poder político, llegará el momento de alimentar más la apariencia de final y de seguir tutelando el proceso.–¿Usted no cree que la banda pueda llegar nunca a una situación de debilidad tal en la que Batasuna se plantee romper con ella porque se ha convertido en una rémora?–Eso es mentira. Aquí quien manda es ETA, no la izquierda abertzale. Y ETA sabe que su fortaleza no se mide sólo en los comandos, sino también en la debilidad de España.–Entonces, está engañando al Gobierno o…–No le está engañando. Quizás el Gobierno querrá engañar a ETA y ETA querrá engañar al Gobierno. Y al final ETA y el Gobierno nos están engañando a todos los españoles. Un proyecto de las características del que está en marcha exige que sus dos protagonistas digan cosas distintas para consolidar su posición entre sus bases. Por eso desde un lado se nos dice que está triunfando el Estado de Derecho y desde el otro, sin embargo, se está vendiendo que hay un nuevo ciclo, un nuevo proyecto político, y que se abre la esperanza definitiva de la autodeterminación, una vez que en Cataluña se avance en esa dirección.–¿Qué necesidad tendría el Gobierno de meterse en ese lío si le está funcionando la vía policial?–Vender un éxito político de primera magnitud a la sociedad española. Y ETA cree que lo que le interesa es perpetuar el proyecto político que le permite avanzar en la autodeterminación, es decir, Zapatero. Habrá dos periodos. Un primero, antes de las elecciones municipales, en el que lo más importante es conseguir que ETA aterrice en las instituciones. Y un segundo en el que, como ya le he dicho, se alimentará aún más la apariencia de final. –¿Tiene constancia de que existan contactos en algún ámbito?–Yo hago un diagnóstico de lo que veo. De la situación y de los pasos que se van dando: de la resolución del 29 de marzo en el Parlamento Europeo; de los mediadores internacionales; del silencio clamoroso de ETA por poca que sea su capacidad operativa… No hay ninguna posibilidad, por ejemplo, de que ETA haya movilizado a los mediadores internacionales que firman la Declaración de Bruselas sin que haya un visto bueno del Gobierno de España.–Siempre se le ha pedido a Batasuna que condene la violencia y rompa con ETA. ¿Por qué ahora eso ya no valdría?–Sólo podría volver a las instituciones por un pacto con el Gobierno y por un proyecto de resolución de conflictos. Si es que a mí me ofrecieron este mismo proyecto cuando era ministro del Interior y me lo explicaron de la A a la Z. Por eso tengo la convicción moral de que el Gobierno lo está llevando a cabo. Sé de lo que estoy hablando. –¿Pero tiene alguna prueba de ese pacto y de ese proyecto de resolución de conflictos?–No, pero no la necesito porque yo no soy un juez. Soy político y mi obligación como político es hacer diagnósticos que no pronósticos.–¿Y si al final la «izquierda abertzale» no se presenta a las elecciones?–Sería una magnífica noticia y tendría que reconocer que mi diagnóstico estaba radicalmente equivocado. Hoy para mí sería más cómodo guardar silencio y limitarme a cumplir con mis obligaciones en el Parlamento Europeo… Pero mi obligación es decir la verdad. –Pese a todo, ¿el final de ETA está próximo?–¿Qué se está acercando más la autodeterminación o incluso la confederación para España o el final de ETA? Cuando a mí me ofrecieron el mismo proyecto que está ejecutando ahora el Gobierno, pregunté: ¿bueno, y el final? ¿cuál es la cumbre? ¿es la autodeterminación? ETA sabe que estamos viviendo una crisis muy profunda y quiere tutelar un proceso que nos aproxime a la autodeterminación o a una fórmula confederal de España, y para eso está utilizando todos los instrumentos que tiene a su alcance. Sería una equivocación no decir la verdad de lo que está haciendo el Gobierno. Aquí hay dos debates distintos. ¿Lo está haciendo o no el Gobierno? ¿Y es eficaz o no? Yo digo que lo está haciendo. Y sobre la eficacia, entiendo que algunos crean que pueden engañar a ETA y acabar con ella antes de que ETA alcance la autodeterminación. Mi opinión, desde mi experiencia, es que se está jugando con fuego. –¿Patxi López tiene algún papel en este tablero de juego que usted describe? –Aquí hay dos protagonistas: el Gobierno y ETA. –¿Y el ministro Rubalcaba?–El problema de Rubalcaba es que para él hacer política es decir lo contrario de lo que hace. Cree que eso es lo eficaz. Y no hacer política, a su juicio, es no hacer cosas raras y aplicar sólo el Estado de Derecho. Ellos apreciaban nuestra política antiterrorista, pero les parecía limitada porque no sabíamos hacer política.–Habrá trasladado este diagnóstico sobre la política antiterrorista a la dirección del PP, ¿no?–En dos o tres ocasiones en la reunión de «maitines». Y he hablado con Rajoy.–¿En privado ha recibido el mismo apoyo que le han brindado oficialmente en público?–Sin duda.–¿Sabe si la dirección de su partido ha informado directamente al Gobierno de sus recelos y le ha preguntado qué está pasando?–No lo sé. Ahora bien, yo no tengo ninguna duda de que en este tema mi obligación es decir la verdad. –¿Cómo ve lo que está ocurriendo con la sentencia del TC sobre el Estatuto catalán?–La crisis económica y financiera es la más visible y la que más afecta a nuestros bolsillos. Pero España padece una crisis nacional que se sustancia, por un lado, en el Estatuto de Cataluña, y, por otro, en ese proyecto de resolución de conflictos que hay en marcha. Lo grave es que no se sabe cómo van a terminar ni una cosa ni la otra.–¿Y qué arreglo tiene esa «crisis nacional»?–La única solución es que gane las elecciones el PP y que lo haga con un proyecto de regeneración y rectificación moral y territorial. Ése debe ser el gran objetivo del próximo Gobierno de España.–¿En qué debe traducirse la rectificación territorial?–En recuperar el espíritu constitucional del 78 y en acabar con los movimientos erráticos de Zapatero para construir una España irreconocible.–¿Ese proyecto de rectificación que usted espera de su partido tiene que implicar la derogación de proyectos como la Ley del Aborto o la redefinición del mapa competencial?–Habrá que hacer lo que haga falta para recuperar la idea de España y unos principios y valores que el socialismo ha enterrado. Me pregunta por el aborto: lógicamente, si un partido presenta un recurso contra una ley ante el TC está diciendo implícitamente que la derogará si llega al Gobierno porque cree que es inconstitucional. –¿También han recurrido el Estatuto catalán? ¿Buscarán la fórmula para invalidarlo?–Vamos a esperar a que el TC resuelva el recurso que hemos presentado. Pero es evidente que ese recurso significa que el PP cree que hay que modificarlo y volver al espíritu constitucional del 78.–¿El PP debe proponer la recuperación de competencias para el Estado central?–El proyecto de los nacionalistas no termina con la reforma de los estatutos. Quieren avanzar hacia un modelo confederal y hacia la autodeterminación. Y los partidos nacionales no pueden mirar hacia otro lado ante esa ofensiva.–Ese discurso tiene un problema del que usted será seguro consciente: la necesidad del apoyo nacionalista para gobernar en Madrid. Por eso resulta difícil creer que el PP se atreva a acudir a las elecciones con ese programa de regeneración y rectificación que usted defiende.–En este momento histórico tan decisivo para España el PP tiene la necesidad y la obligación de obtener en las próximas elecciones una mayoría sólida y clara para poner en marcha un proyecto regenerador. Y eso sólo se consigue explicándoles a los españoles, sin ambigüedades, para qué puede servir un Gobierno del PP.–Hay quien dice, sin embargo, que el PP sólo está a la espera de heredar a Zapatero, que no arriesga y que utiliza la táctica del camaleón. –Cometeríamos un error si no somos capaces de entender las reacciones de la sociedad a la crisis que sufrimos y de ofrecerle una respuesta. El PP tiene la obligación de recuperar la verdad como elemento esencial de la vida pública. La economía de ficción del PSOE, nos ha hecho mucho daño.
PARTIDO«La foto de Zapatero con los históricos del PSOE, también la quiero para el PP»–¿El PP tiene que apoyar la reforma laboral?–Me remito a Rajoy y a los portavoces en la materia. Yo intento aportar en aquello en lo que tengo cierta experiencia. –¿Del pozo en el que estamos se puede salir sin duros ajustes? –Hay que asumir la situación y decirle a los ciudadanos que tienen que trabajar más y vivir peor. Aquí no hay milagros ni magia. –¿Qué ha pensado al ver la foto de Zapatero con González y con toda la vieja guardia del PSOE?–Que el PSOE es consciente de las dificultades a las que se enfrenta y hay un sentido de partido mucho más fuerte que en la derecha. Demuestra que se equivoca quien crea que va a haber movimientos raros y fracturas. Por eso el PP sólo tiene que pensar en sí mismo. –En el PP la actual dirección no se prodiga en esas fotos. –La fotografía de Zapatero con los históricos del PSOE también la quiero para mi partido. –¿Cómo explica que en el PSOE sigan viendo a González como un activo y en el PP no piensen lo mismo de Aznar? –No es mi caso. Y si alguno piensa así, se equivoca. Aznar suma y mucho.
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