Cataluña

Bochorno

La Razón
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Cataluña prohíbe los toros. La libertad, con la que tanto se llena la boca, ha sido pisoteada por la bota de la intolerancia. Exige su Estatut apelando al legítimo derecho de autogobierno y se cabrea cuando un Tribunal Constitucional cualquiera la chulea. Ahora ha ejercido este derecho, pero lo ha hecho para negar los derechos individuales a quienes quieren asistir a un espectáculo, que por cierto, no es obligatorio, es libre. ¿Para esto lo queremos?
Cataluña dice no a las corridas pero mantiene los «correbous o els bous embolats». Éstos no se prohíben. Tienen «caché» catalán. Ésta es la evidencia de que el debate no ha sido animalista, ha sido identitario. Cataluña dice no, envuelta en la senyera. Por la misma razón, otros dicen sí desde España, envueltos en la rojigualda. Ya tenemos la guerra de símbolos que tanto anhelan los nacionalistas catalanes y españoles. Ya tienen un nuevo icono con el que tirarse los trastos. Los que no somos de unos ni de otros, estamos abochornados por el ridículo.
Lo peor, el desencuentro entre el resto de España y Cataluña, que se ha agrandado enormemente. ¿Culpables? Quizá es lo de menos, pero los socialistas se han dejado engañar. Sabían que el voto en bloque del PSC no sería suficiente para evitar el no. Era necesario dividir a CiU. Como aprendices de Maquiavelo, propusieron dar libertad de voto para dividir a los nacionalistas. Mas aceptó, lo tenía todo estudiado. Sus taurinos votarían a favor de los toros, para volver ufanos a su territorio, pero sin poner en peligro el no. No son casualidad los 68 síes a la prohibición. Justo la mayoría absoluta. Esto es ir a por lana y salir trasquilado.