Reino Unido

Atado y bien atado

La Razón
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Que nadie tenga la menor duda: si algún día los países europeos que siguen contando con monarquías reinantes pasasen a ser repúblicas, el último en hacerlo sería el Reino Unido. Los Windsor cuentan con un auténtico dispositivo automático que les hace renacer como ave fénix cuando una crisis política, encuestas de popularidad o simplemente el paso del tiempo hace olvidar a los británicos, de forma pasajera, la utilidad de la Corona como institución centenaria. Periódicamente, fuegos artificiales de esos de los que sólo lucen en catedrales y palacios y solemos llamar bodas reales renuevan en brillantes ceremoniales de transfusión la savia de la ilusión de proyectos de vida en común. Para todo eso se necesitan símbolos. Isabel II no es eterna. El anuncio del compromiso se hace desde Clarence House, residencia del Príncipe de Gales… Pero es el futuro Guillermo V quien, contrayendo matrimonio, comienza a administrar sus tiempos.


Miss Catherine Middleton entra, definitivamente, en escena. Esto promete, porque no es una delicada dama de veinte años que no sabe dónde se mete. Lleva ocho años informándose de pros y contras. Ha conversado largo y tendido con la Reina, que, por cierto, empleando una expresión que aquí conocemos muy bien, está dejándolo todo «atado y bien atado». Sabe lo que hay. Qué quieren que les diga. A mí me da que, esta vez, va a salir bien.