Espacio
El satélite de la ESA que estudia el cambio climático averiado
El ‘Explorador del Campo Gravitatorio y de la Circulación Oceánica' o GOCE, por sus siglas en inglés, está averiado y no puede enviar datos a la Tierra debido a un segundo fallo en su sistema informático, según ha confirmado la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), coordinadora de la misión.
Este satélite padeció un primer fallo y en la actualidad estaba funcionando con el sistema informático ‘de repuesto', en lugar de hacerlo con el principal, debido a que éste último había fallado ya en dos ocasiones. Por lo demás, el resto de sistemas, como la propulsión iónica, los acelerómetros, los sensores científicos, entre otros, se encuentran en perfecto estado, según ha confirmado la propia agencia espacial.
GOCE, el satélite que orbita más cerca de la atmósfera terrestre, pertenece a una saga de los ‘Earth Explorers' o Exploradores de la Tierra de la ESA diseñados para estudiar el planeta y su entorno y así poder comprender mejor los procesos del sistema terrestre y su evolución, con el fin de afrontar el problema del cambio climático.
Concretamente, fue el primero puesto en órbita, seguido el pasado 2 de noviembre por ‘SMOS' (Soil Moisture and Ocean Salinity), diseñado para cartografiar la salinidad en la superficie de los mares y monitorizar la humedad del suelo a escala global. El tercero de ellos, el ‘CryoSat-2', fue lanzado este año para monitorizar los cambios en el espesor de las capas de hielo que cubren las regiones polares y de las placas de hielo que flotan en los océanos.
Según comenta la BBC, la ESA se muestra "optimista"a la hora de encontrar una solución al problema. "No hay duda alguna. Estamos en una situación difícil, pero eso no significa que no tengamos ideas acerca de cómo solucionarlo", ha afirmado el jefe de la misión, el profesor Rune Floberghagen.
GOCE fue lanzado al espacio el 17 de marzo de 2009 y tardó más de lo previsto, seis meses en lugar de tres, en bajar a su posición nominal orbital debido a que la atmósfera estaba poco densa por la baja actividad solar. No obstante, desde entonces ha estado funcionando "perfectamente".
Además, su vida útil era de un año y medio, pero su llegada más lenta al punto óptimo podría haber alargado su vida el doble, hasta 2012 más o menos, ha explicado a Europa Press el jefe Mantenimiento de Satélites de Observación de la Tierra de la ESA en el Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espacial (ESTEC) de Noordwijk (Holanda), el español Miguel Canela.
No obstante y a diferencia de sus ‘compañeros Explorers', los científicos han decidido no alargar su ‘vida útil' más del tiempo estipulado para su misión, en torno a un año y medio, puesto que el aparato es capaz de medir durante este periodo el campo gravitatorio de la Tierra, objetivo principal de su misión.
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