El ingreso de Italia en el club de los países no fiables sacude a España

Como el mismo Ridell explicaba de forma metafórica, «cuando el genio de la desconfianza sale de la botella, es muy complicado conseguir que vuelva a entrar». Y mientras campa a sus anchas, se lleva todo por delante.
Ayer, los rumores sobre el estado de la banca italiana terminaron por atropellar a la economía transalpina, que llevaba suscitando dudas las últimas semanas. La de ayer parecía una jornada tranquila hasta que a media mañana se desataron los rumores sobre un posible suspenso del principal banco italiano, Unicredit, en las pruebas de resistencia que hará públicas la UE el viernes. Unas dudas que se sumaron a la incertidumbre que rodea al plan de ajuste de 48.000 millones de euros diseñado por el ministro de economía italiano, Giulio Tremonti, que no cuenta con el apoyo de todo el Ejecutivo.
La puntilla, como explica Daniel Pingarrón, de IG Markets, la dieron los malos datos sobre el desempleo en junio en Estados Unidos, que creció una décima, hasta el 9,2%.
Servido el cóctel, el resto fue cosa de los especuladores y la desconfianza. La bolsa de Milán comenzó a caer a plomo hasta cerrar con pérdidas del -3,5% –Unicredit se dejó un 7,85%–. En su caída le acompañó la prima de riesgo italiana, que se disparó hasta los 247 puntos básicos, el máximo desde la implantación del euro. En su caída, el parqué milanés arrastró al resto de Europa, con el Ibex 35 a la cabeza. El selectivo español se dejó un 2,53%, la segunda mayor caída del año, con la banca liderando la debacle. La bolsa cerró así una aciaga semana, con una pérdida acumulada del 5,28%, la mayor en lo que va de 2011, marcada no sólo por el descalabro italiano sino por la rebaja de Moody's de la deuda portuguesa al nivel de «bono basura» el martes.
Las tensiones se trasladaron también al mercado de deuda, con otro importante repunte de la prima de riesgo, que cerró en 284,6 puntos básicos, muy cerca de los máximos que marcó a principios del ejercicio. Un diferencial que, como advirtió Michael Riddell, si sigue aumentando, puede provocar nuevas rebajas de la calificación crediticia de España y de Italia por parte de las demonizadas agencias de «rating».