San Sebastián
Un año de provocaciones
Mientras la coalición evita por todos los medios condenar la violencia terrorista, sus desafíos al Estado son constantes
Vitoria- La condena de la sangría y amenaza de ETA no llega. Los desafíos no cesan. Una de las primeras bravuconadas de Bildu cuando se puso al frente de más de un centenar de instituciones fue saltarse a la torera la Ley de Banderas, que obliga a que ondeen en la fachada de los edificios públicos varias enseñas, entre ellas, la española. El alcalde de San Sebastián, Juan Carlos Izaguirre, retiró de un plumazo todas las colocadas en la sala de recepciones del Consistorio, así como el retrato del Rey. Y es que la figura del monarca junto a la Guardia Civil y otros símbolos del Estado español, han sido objeto de mofa y desprecio durante las fiestas de varias localidades en manos abertzales. En las que, además, los abrazos y los brindis se dedican a los etarras que cumplen condena. Uno de los episodios más llamativos, que dio a conocer LA RAZÓN y provocó la apertura de una investigación por parte de la Audiencia Nacional, tuvo lugar durante los festejos de la localidad guipuzcoana de Andoain. Una de las atracciones consistió en sacar a la calle fotografías de cartón a tamaño real de los presos etarras vecinos del pueblo para que todo aquel que quisiera pudiera hacerse junto a la estampa escogida una instantánea de recuerdo a cambio de un euro. El «patriota vasco», como lo presentaban a los foráneos, más solicitado fue Iñaki Igerategi, bombero de la Diputación de Guipúzcoa que está en prisión por pertenencia a una célula de ETA acusado de pasar información de objetivos y de extorsión a empresarios.
Del mismo despacho del alcalde de San Sebastián proviene otro momento cumbre. El secretario personal de Izaguirre, Josetxo Ibaceta, que fue portavoz de Batasuna en la ciudad antes de la Ley de Partidos, mostró su verdadero rostro de odio y violencia, tras la victoria de La Roja en la Eurocopa. Soltó un «¡Viva ETA militar!» a un grupo de aficionados que celebraban el resultado con una bandera de España por las calles de la capital guipuzcoana. Como los aludidos no se amedrentaron, aún les espetó: «Voy a sacar la pistola y os voy a dar dos tiros», mientras les apuntaba con una mano a modo de arma. Gracias a un móvil que grabó todo, el episodio trascendió y obligó a Izaguirre a cesar a Ibaceta, que tuvo después que pasar a declarar por la Audiencia Nacional. La seguridad de los ediles de PP y PSE se tomó a guasa por parte de los alcaldes de Bildu, y en el caso de Andoain se llegó a prohibir la entrada de los escoltas a los edificios públicos. La expulsión del País Vasco del Ejército, así como de la Benemérita y la Policía Nacional ha sido más que una reivindicación un acoso. Este periódico denunció que en la localidad guipuzcoana de Oñate, el Ayuntamiento de Bildu encabezó una manifestación para exigir la salida de la Guardia Civil. Una marcha muy similar a la protagonizada en Alsasua antes por el entorno proetarra que acabó con la colocación de maletas en la puerta del cuartel.
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