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La encuesta: Coquetas hasta en el hogar

Un 56,8 por ciento de las mujeres dice que para estar en casa se arreglan. El 53 por ciento de los hombres afirma que este aspecto le da igual

La Razón
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A la hora de acicalarse, los hombres y las mujeres siguen a rajatabla el principio de selección natural y el estar a punto, «bienoliente», a la última en cuestión de «look» y sin un pelo mal puesto, es clave para sobrevivir en la jungla del «mercado amoroso». Eso sí, una vez se ha encontrado a la media naranja y el «sí, quiero» se hace oficial, las cosas cambian, al menos, para ellos. El 61,2 por ciento de los hombres asegura que tras el matrimonio se descuida por completo, mientras que el 36,8 de las mujeres piensa que los dos lo hacen por igual. Y es que, ¿a qué fémina le gusta reconocer en público, y menos aún entre sus amigas, que cuando llega a casa, su «partener» la espera en chándal, con la camiseta más vieja del armario y las pantuflas a cuadros? Quizá por este motivo tratan de quitarle importancia y casi el 60 por ciento de ellas dice que sus chicos prestan la misma atención a su aspecto físico que cuando vivían su incipiente luna de miel.

Lo siento, no cuela. Según los datos de la encuesta, el pelo es el aspecto que a ellos más les cuesta mantener a punto (30,5 %), seguido por las cuestiones del cutis. Ellas, muy coquetas, se decantan por el «no sabe, no contesta». Perfecto, así que no tienen inconveniente alguno en pasearse por casa en rulos, depilarse delante de sus parejas, ni darse las cremas reafirmantes. ¿Hablan en serio? Según los datos revelados por este informe, tan sólo las más jóvenes prefieren mantener en secreto sus trucos de belleza; así, el 51,6 asegura que lo hace cuando está a solas, frente a las mayores de 46 años que dicen que sus parejas están presentes cuando se hacen la «toilette».

En cuestión de ir de «shopping», parece que la mayoría de los caballeros funden sus tarjetas de crédito en la fase del cortejo y durante el matrimonio son más de las cuentas de ahorro. El 70 por ciento asegura que se compra menos cantidad de ropa que cuando era soltero, mientras que ellas vuelven a disculparles y el 44 asegura que los dos se abandonan por igual en este aspecto. A tal límite llega este afán de protección que el 87 por ciento dice que nunca se ha atrevido a decirle a su chico eso de «ponte guapo para mí», mientras que ellos no se cortan ni un pelo y el 31 % confiesa que en alguna ocasión ha tenido que decirle a la parienta que se mire al espejo antes de salir de casa. Su sinceridad llega a tal extremo que el 61 por ciento asegura que una vez que han pasado por el altar, el ser detallista pasa a un segundo plano. Sin embargo, ellas prefieren seguir viviendo una eterna felicidad y el 43 % afirma que los detalles no entienden de bodas y duran para siempre. ¡Que vivan los novios!