África

España

Abdelilah Benkirane: «Las reformas son inevitables»

Abdelilah Benkirane
Abdelilah Benkiranelarazon

RABAT- Titulado en Ingeniería, ha fundado y refundado varios partidos islamistas desde 1976, hasta llegar a la Secretaría General del Partido Justicia y Desarrollo (PJD) en 2008. A sus 57 años, se ve ahora ante la posibilidad de encabezar el primer Gobierno marroquí de la nueva Constitución. «Inch alá» («si Dios quiere»), responde cuando se le plantea esa posibilidad en su despacho : «Hemos ganado y eso es una gran responsabilidad».

–¿Se ve como el próximo presidente del Gobierno?
–«Inch alá», ¿por qué no?

–¿Y cree que el rey Mohamed le designará?
–«Inch alá»…

–¿Cómo será su relación?
–Por mi parte, será buena. No puede ser de otra forma. No me planteo hacer cualquier cosa contra la voluntad de Su Majestad. El rey es el jefe del Estado, pero aparte del Ejército, los asuntos religiosos y la soberanía nacional; creo que los demás asuntos competen al Gobierno.

–En todo caso, será necesaria una coalición de partidos para formar Gobierno…
–Eso tenemos que verlo.

–¿Descarta negociar con el PAM (el partido de Fouad el Himma, amigo del rey Mohamed VI) para esa coalición?
–Completamente. El PAM está acabado.

–¿Qué relación tendrá su Gobierno con España?
–La mejor posible.

–¿Ha mantenido ya algún contacto con miembros del PP?
–No todavía, pero todo llegará.

–¿Por qué cree que la comunidad internacional ve con desconfianza la llegada de los islamistas al poder?
–Escuche, el islamismo no debe dar miedo. Somos políticos como cualquier otro. Y nuestro deber es resolver los problemas y no entrar en la libertad personal.

–Pero la cuestión de la religión es básica en su partido…
–Lo nuestro son los problemas políticos. Dicho eso, tenemos nuestras creencias. Es normal.

–¿Habrá un antes y un después de estas elecciones?
–Sin duda. Será otro Marruecos. Queremos evitar lo que ha pasado en Libia o Egipto. Pero para mantener la estabilidad de Marruecos, las reformas son inevitables. Si no, estaremos al borde del desequilibrio social.