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La UE teme que Dexia contagie al resto de la banca

El posible impago de Grecia castiga al sector financiero y desploma las bolsas

Trichet a su llegada a la reunión en Luxemburgo
Trichet a su llegada a la reunión en Luxemburgolarazon

LUXEMBURGO- La vulnerabilidad de la banca europea, tras el recrudecimiento de la crisis de deuda, estalló ayer con la crisis abierta en torno a Dexia, que se desplomó el 22,46% en Bolsa (recorte del 32,6% en dos días) y que podría dividir sus activos «tóxicos» en un «banco malo». El banco francobelga, en proceso de desmantelamiento y rescate público por su enorme exposición a los bonos de los países periféricos, amenaza con extender el contagio al resto de la banca europea, según reconoció ayer la vicepresidenta Elena Salgado.

«Hay muchos bancos que están sometidos a presión, particularmente aquellos que tienen en sus balances deuda griega», dijo Salgado en la reunión del Ecofin en Luxemburgo. Aunque dijo que «no es el caso de los bancos españoles», cuya exposición a la deuda griega es de 448 millones de euros, reconoció que «como todo en Europa, –la crisis de Dexia– tiene efectos en todos los países».

Por esta razón, Salgado defendió una nueva ronda de recapitalización de la banca, ya que «lo que hay que hacer es cortar esa ligazón entre la crisis de la deuda y los balances de los bancos». Por su parte, el comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, concedió que la situación actual «muestra que la recapitalización es necesaria, pero no es la única solución», a la que añadió también supervisión y buena gobernanza. De momento, Barnier prefirió no dejar «espacio para la especulación».

La necesidad de una nueva recapitalización de la banca europea, en carne viva tras el impacto de la crisis de deuda en la eurozona, ha ganado fuerza en las últimas semanas. Su situación ha empeorado tras la realización de las pruebas de resistencia del pasado julio, reconoció Barnier, en las que precisamente Dexia fue una de las entidades que sacó buena nota.

Disciplina presupuestaria
El riesgo de una segunda recesión empujó ayer a que los ministros de Finanzas discutieran la posibilidad de relajar la senda de los ajustes en los países con cuentas más saneadas. Sin embargo, el mensaje que mandó la Comisión Europea (CE), y que respaldó la vicepresidenta Elena Salgado, es que «la prioridad debe ser la consolidación fiscal», cuyos objetivos para reducción del déficit en el caso del Gobierno español puede que no se cumplan.

De ser este el caso a partir de enero del año que viene, España podría pagar hasta 2.000 millones de euros de multa si no cumpliera con las recomendaciones de la CE. Porque los ministros dieron ayer el aprobado final al reforzamiento de sus reglas de disciplina fiscal, con el que se podrá castigar a los países que sobrepasen el déficit del 3% del PIB y a los que no reduzcan su deuda.

Con este panorama de crisis bancaria y estatal, las Bolsas se dejaron llevar por el desánimo. El Ibex cedió el 1,54%, mientras que Fráncfort recortó el 2,98%.


Trichet dice adiós en medio de la tormenta
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, se despidió ayer del Parlamento Europeo –será relevado en noviembre por Mario Draghi– con la advertencia de que el «epicentro» de la crisis global está en Europa. El presidente del BCE auguró un crecimiento «moderado» de la economía de la zona euro en el segundo semestre, mientras que descartó poner limite a la compra de deuda pública en los mercados secundarios por parte del organismo. Al otro lado del Atlántico, la Fed anunció su disposición de aplicar nuevos estímulos en EE UU, lo que redujo los recortes en Bolsa.