El PSOE barrunta un escenario de «convulsión interna» tras el 20-N

Madrid- Nada parece mover al electorado socialista. Ni el Impuesto de Patrimonio, ni la promesa de gravar los beneficios a la banca, ni el miedo a la derecha, ni los guiños al 15-M... Cada encuesta que se publica agranda la distancia del PP sobre el PSOE y cada día aumenta el temor a una catástrofe, que es sinónimo de 2000 y de Joaquín Almunia. Y eso que la versión oficial dice que ni el peor de los escenarios que maneja el Comité Electoral sitúa al PSOE por debajo de los 125 diputados. En el Comité Electoral creen que algunas de las decisiones de los gobiernos autonómicos del PP pueden jugar a favor del PSOE entre aquellos que pensaron castigar al partido del Gobierno por la situación económica y, sin embargo,temen hoy que las soluciones frente a la crisis que adopte el partido de Rajoy sean más duras que las impulsadas hasta ahora. Son pocos porque la inmensa mayoría sabe que camina hacia una inexorable y contundente derrota.

Tanto es así que se empieza a hablar de un proceso de «convulsión interna» tras la noche de las elecciones. Y, pese a que Rubalcaba siempre ha dicho que el suyo es un proyecto para los próximos cuatro años, cada vez son más quienes ligan su futuro inmediato al resultado de las elecciones. Más claro: si pasa holgadamente de los temidos 125 diputados podría aspirar a la secretaría general; si no lo logra, tendría que dejar paso.

Guillermo Fernández Vara, el ex presidente extremeño, verbalizó ayer en «Los desayunos de TVE «lo que otros no se atreven a decir en alto: «Unos resultados muy por debajo de los que históricamente ha conseguido el PSOE» deberían producir en el partido una «convulsión interna que, para él, es algo similar al 35 congreso». Esto es savia nueva, ruptura con el pasado, varios candidatos y sorpresa segura. El extremeño es partidario de respetar los tiempos congresuales si el resultado de las elecciones es satisfactorio, pero en el caso contrario el cónclave debería celebrarse cuanto antes.