Despidos

Abuso sindical

La Razón
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Ya era hora de que alguien se atreviera a recortar los abusos sindicales en un tiempo en el que los españoles nos estamos apretando el cinturón. Eso es lo que ha hecho la Consejería de Educación valenciana al recortar en 54 los 250 liberados que las centrales tenían en ese Departamento. ¡Ojo! Se ha limitado a ajustar la cifra con lo marcado por las Leyes y decir basta al chantaje sindical. Porque ahí está el truco utilizado para engrosar cada vez más el chollo. Amenazar en muchas negociaciones con no pactar si no se amplía el número de privilegiados. Funcionarios, empleados públicos y trabajadores de multitud de empresas han visto cómo se reducían sus percepciones por el difícil momento. Sin embargo, daba la impresión que éstos, sindicatos y compañía, gozaban de invulnerabilidad. Atención, los 54 afectados no se van a la calle. Regresan a sus puestos con empleo garantizado. Con este simple ajuste legal, la Consejería se ahorra 2,6 millones de euros. Imaginemos si se plasmara en todas las Administraciones –central, autonómica, provincial y local–. El resultado sería espectacular a favor de las arcas públicas. Estamos hablando de dos o tres ceros a añadir a esos 2,6 millones. Mi amigo Rogelio me cuenta que no sólo ha sido la Generalitat valenciana la que ha actuado así. Dice que Esperanza Aguirre ha hecho otro tanto en Madrid. Puede ser que la beligerancia actual de los sindicatos contra ella se justifique en parte por esta determinación. Cuán lejos queda aquello que predicaba Tolstoi por boca del príncipe Andrés: «¿Somos oficiales que servimos al emperador y a la patria, debiendo alegrarnos del éxito común, o somos criados que no ponen el menor interés en los negocios de su amo?». Así es la vida.