Cataluña
El poder del sentimento de culpa
Alemán de origen croata, Drvenkar se adentra por primera vez en el «thriller» con una novela espeluznante.
Barcelona- Pedir perdón es difícil. No sólo has de reconocer que te has equivocado, sino que encima has de confesárselo a la persona que menos querrías que lo supiese. Un hombre que engaña a su mujer puede reconocer su error, pero reconocérselo a ella es un mundo. En la novela de Zoran Drvenkar, «Sorry», (Seix Barral) hay una empresa dedicada precisamente a pedir perdón. Contratas sus servicios y tienes una disculpa que ni la más rencorosa de las personas rechazaría. ¿Pero qué pasa cuando quién contrata tus servicios es una mujer brutalmente asesinada? «No creo que pudiese existir una empresa similar en la vida real, aunque ha habido una mujer que me ha pedido la patente. En este mundo, el dinero es lo único que te consigue el perdón», asegura Drevenkar.
Escritor compulsivo
El escritor quería escribir una crítica social contra las absurdidades del capitalismo y la hipocresía endémica de la sociedad, pero en su camino se tropezó un cadáver y la historia dio un giro de 180 grados. El resultado, la reinvención del «thriller», en una novela que ha arrasado en Alemania y ahora empieza su desembarco en los principales mercados europeos. «El problema es que los editores quieren los "thrillers"de siempre, y a mí me interesaba darle más dinamismo y vitalidad, un punto de vista diferente», asegura Drevenkar.
El escritor pasó por el festival de novela policíaca BCNegre para presentar su original propuesta, en el que el sentimiento de culpa es el motor que obliga a actuar a todos los personajes. «Es un sentimiento terrible. En el fondo, todo el cristianismo está basado en el sentimiento de culpa, con el pecado original. A mí, personalmente, me ha hecho hacer cosas muy estúpidas. Nos controla por completo», afirma el escritor.
Drevenkar asegura que la vida es un aburrimiento, y que escribir es lo único que le da algo de valor. Por eso, su dedicación es absoluta y por sus manos siempre hay una historia que contar, ya sea una intriga, un romance o su especialidad, la literatura infantil. «No me gustan los niños, yo sólo escribo, no hay diferencias. Mi único pretensión es encontrar encontrar nuevas formas de narrar lo que se ha escrito siempre», afirma.
Después de cinco intensos días, ayer cerró BCNegra y la impresión general es que el crimen se extiende por todas partes.
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