BMW
El ahorro también sirve al mercado del lujo
Los vehículos híbridos, que combinan un motor convencional con otro eléctrico, parecen ya una opción casi obligada.
Audi, pionera en esta tecnología desde mediados de los noventa, presenta ahora el Q5 en su versión híbrida, que alterna el conocido motor de gasolina 2,0 TFSi de 211 caballos con uno eléctrico que aporta otros 45cv y que está colocado entre el motor convencional y la caja de cambios de ocho velocidades. Su tracción es permanente a las cuatro ruedas y se ha disminuido el consumo medio hasta los 7 litros a los 100 km, es decir, una cifra muy competitiva frente a cualquier otro diésel. Además, sus 256 caballos de potencia combinada de ambos motores rivalizan con la mayoría de los tres litros diésel, por debajo de esta potencia y con un consumo superior.
Dentro de la gama Q5, el Hybrid permite ahorrar combustible, pero sin perder las características de todocamino. Su motor eléctrico es capaz de funcionar hasta una velocidad de 100 por hora y complementarse con el térmico. Si queremos utilizar sólo el modo eléctrico, podemos alcanzar una velocidad de hasta 60 km/h, pero entonces la autonomía es de sólo unos tres kilómetros, similar a otros híbridos que no se enchufan a la red. El coche busca por sí solo la combinación más favorable en todo momento para mejorar el consumo excepto si lo utilizamos en modo deportivo, donde prevalecen las prestaciones puras, que las tiene, aunque ello implique de inmediato un mayor gasto de combustible. Si acudimos a seleccionar el modo eléctrico este motor se hace prioritario, pero sólo es utilizable en ciudad.
La verdad es que los 256 cv están a nuestra disposición sólo temporalmente, ya que en la conducción habitual del día a día sólo se necesitan de vez en cuando, como en caso de adelantamiento, de incorporación a una carretera o si precisamos una fuerte aceleración. Las baterías de ión-litio son caras y pesadas, pero también las más efectivas del momento.
En el cuadro de instrumentos se ha reemplazado el cuentarrevoluciones por un potenciómetro que mide de 0 a 100 el porcentaje de energía del sistema que se está utilizando en cada momento. También tiene una escala negativa para comunicarnos los momentos de recarga, como cuando frenamos, y una posición «off» cuando se encuentra desconectado. El motor 2.0 TFSI ha sufrido ciertos cambios para ser utilizado en el Q5 Hybrid, como el turbocompresor, diferente y pensado para el proceso de «paro y arranque» frecuente, ya que dispone del sistema «Stop&Start».
Aunque en su conjunto sigue siendo un Q5, el Hybrid tiene algunos sutiles rasgos externos que le diferencian de sus hermanos de gama. La parrilla frontal está pintada en negro brillante, las llantas de 19 pulgadas son exclusivas para este modelo y se le ha dotado de embellecedores cromados en los tubos de escape.
Se trata de detalles de distinción casi inapreciables. Su interior no cambia respecto al resto de los modelos y se beneficia del espacio y los acabados de calidad habituales en un Audi.
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