Obama recibe por todo lo alto al líder chino

Todas estas florituras protocolarias servirán de poco para que Washington y Pekín saquen algo en claro de los importantes asuntos que se escriben en la agenda de la visita: economía, seguridad internacional, derechos humanos, poder militar, Corea del Norte o piratería en Internet.

El portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs reconoció ayer horas antes de que Hu Jintao llegase a Washington que "nadie me ha dicho nada sobre ningún tipo de gran acuerdo. Soy todo oídos ante lo que pueda pasar mañana (por hoy)", indicó Gibbs.

De momento, todo ha sido un pulso de gestos: Hu se ha asegurado de ser recibido con el saludo de 21 cañonazos reservado a los líderes de paises demócraticos en las visitas de estado. Mientras, Obama ha impuesto una rueda de prensa hoy a Jintao poco amigo de los periodistas.

Pero, tanto al práctico Obama como a los políticos, hombres de negocios y ciudadanos poco les importa recibir a Jintao con toda la pompa que desee. Quieren que tome las medidas necesarias para fortalecer el yuan. Este deseo se esconde tras el temor de ceder el puesto de primera potencia económica a la emergente China.

"Creemos que se puede hacer más. Esta opinión se mantiene, no sólo por este país (Estados Unidos), también por otros alrededor del mundo", explicó ayer Gibbs, en referencia a las acusaciones de la devaluación del yuan para hacer de sus productos más competitivos en el mercado internacional.

Hoy Jintao almorzará en el departamento de Estado, más tarde visitará el complejo de la nueva embajada china y después tendrá lugar la cena de estado. Mañana se entrevistará con legisladores del Partido Republicano y Demócrata en el Capitolio.

Y después pronunciará un discurso en el Consejo de Negocios de estadounidense chino. Y al día siguiente, viajará a Chicago, la ciudad adoptiva de Obama.