Caso Bretón
Tenía que suceder por José Cabrera Forneiro
«Estaba cantado», tarde o temprano tenía que suceder, y sucedió. El padre de las niñas de Córdoba acaba de ser detenido, y ello porque la Ley permite privar de la libertad a un ciudadano ante la sospecha de la comisión de un delito previa autorización judicial salvo en delitos flagrantes, que no es el caso, salvo que se le impute de entrada el 229 del Código Penal: abandono de un menor siendo su propio padre, delito penado de entrada con prisión de 18 meses a 3 años.
El padre a estas horas habrá sido informado de las razones por las que se le detiene y de los derechos a los que acogerse: asistencia de abogado y su presencia durante la declaración, comunicación a una persona de su confianza de la detención y reconocimiento por el médico forense.
La maquinaria ahora podrá mantener esa detención un máximo de 72 horas durante las cuales deberán encontrarse pruebas o indicios sólidos de la participación del padre en la desaparición de sus hijos, bajo cuya custodia estaban en el tiempo en que se «perdieron de vista», y todo ello en una «nube de sospecha e incertidumbre» que nos asfixia cuando vemos las caras de los niños en los distintos telediarios.
No basta con que el padre no llore, o no aparente pena para imputarle la máxima sospecha del daño hacia sus hijos, hace falta mucho más, ahora veremos cómo funciona el Estado de Derecho.
José Cabrera Forneiro
Psiquiatra forense
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