Feria de San Fermín
Huertas saca tajada de los Torres Gallego
Las Ventas (Madrid). Se lidiaron novillos de Torres Gallego, bien presentados y con bondad, salvo el 4º, soso. Destacó el bravo 3º y los nobles 1º y 2º. Un quinto de entrada. Francisco Montiel, de carmín y oro, estocada baja (ovación); dos pinchazos, estocada, aviso, tres descabellos (silencio). Jesús Fernández, de crema y oro, dos pinchazos, estocada (ovación); estocada, dos descabellos (ovación). Emilio Huertas, de rosa palo y oro, estocada ladeada (vuelta); cuatro pinchazos, aviso, dos pinchazos más, estocada (silencio).
En una tarde abrasada por el calor, lo que repercutió directamente en la concurrencia del tendido, sólo Emilio Huertas dio una vuelta al ruedo. Escaso premio para una encastada novillada de Torres Gallego, que ofreció mayor opción.
Huertas repetía como premio al ambiente dejado en anteriores visitas y se encontró con el novillo de la tarde. Un castaño muy encastado, que ya cantó su bravura en varas. Derribó en el primer encuentro. Empujó en ambos con los riñones. No se apagó en el último tercio y buscó siempre con codicia la pañosa del manchego que, afanoso, logró cuajar dos series que lucieron por encima del resto. Se antoja poco botín de un utrero excelente. En parte, por su propio conformismo, pues fue por la espada a las primeras de cambio para asegurar la tan valiosa orejita. Sin embargo, no pasó de la vuelta al ruedo. Con el mansito que cerró plaza, toreó siempre a media altura a un astado que desarrolló nobleza en el tercio final, pero con el que tampoco se entendió.
El debutante Jesús Fernández sorteó un salpicado porfión y algo descompuesto, aunque con transmisión. El catalán gustó por su firmeza toda la tarde. Seguro de sí mismo realizó una labor de largo metraje, pero a la que le faltó reposo. Algo acelerado, un punto más de sosiego quizás hubiera redundado en un mayor premio. Muy crudo se dejó al quinto, a pesar de los toreros doblones por bajo con los que inició el trasteo. Enrazado, el novillo se acostaba en el viaje y le marcó varias veces la cornada con escalofriantes pitonazos al pecho. Firme, pero de nuevo precipitado, logró salir de una pieza.
Francisco Montiel se estrenó en Las Ventas recibiendo a su primer novillo, que se frenó en la salida, a portagayola. Ya con la muleta dejó un buen inicio de faena, con gusto y temple, sacando al novillo a los medios. Dio distancia en la primera serie, de mano baja y sometiendo al utrero que, sin embargo, se deshizo como un azucarillo. A partir de ahí, la intensidad fue menguando pese a sus ganas, que le sirvieron para saludar una ovación. Con el cárdeno cuarto, el más soso del encierro, poco pudo hacer con un tendido anestesiado entre tanto calor. Y lo que nos espera...
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