El gran test

El partido Real Madrid-Barcelona ha adquirido mayor trascendencia de la que se le pronosticaba antes de que ambos disputaran la pasada jornada. Se presuponía que la ventaja podía ser mayor, dado que los madridistas jugaban en San Mamés, campo que iba a crearles dificultades. Ocurrió que los madridistas vencieron en Bilbao sin ningún apuro y el Barça, por el contrario, las pasó canutas para derrotar al Almería.

El entrenador madridista recurrió a una alineación sorprendente y le salió bien. El Barça trató de dar algún descanso y acabó recurriendo al refuerzo de Villa y Keita, porque los almerienses, derrotados en su casa por 0-8, se adelantaron en el marcador. En la pasada campaña sólo perdieron por 1-0 y esta vez le dieron mayores preocupaciones al líder.

A Pep Guardiola le cayeron algunos palos y algunas bromas porque dijo que no veía las cosas claras, que ante el Almería el sábado había que tomar precauciones, que no se iba a ganar con la gorra, y tenía razón. A José Mourinho se le supuso, al comienzo del partido frente al Athletic, por la alineación que presentaba, que no estaba con ganas de seguir pleiteando por la Liga y su extraña decisión le permite afrontar el partido del Santiago Bernabéu con espíritu muy distinto al padecido tras la derrota frente al Sporting de Gijón.

El Barcelona, sin Carles Puyol y Abidal, ha tenido que modificar el equipo y de ello se resiente. Frente al Real Madrid, con la rapidez de Di María y Cristiano Ronaldo, Piqué y Busquets, probables centrales, van a sufrir. Será test para la final de la Copa del Rey y también para la semifinal europea. Toque, contra la velocidad del contragolpe.