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Un banco chino con clientes españoles

Un horario a la oriental, hasta las seis de la tarde, podría ser su lema publicitario. El banco chino que acaba de abrir sucursal en Madrid abre hasta las cinco de la tarde de manera ininterrumpida. Por la cuestión del idioma o por la estética innovadora, la oficina puede parecer algo hermética y distante.

La oficina permanece abierta desde las nueve de la mañana a las cinco de la tarde
La oficina permanece abierta desde las nueve de la mañana a las cinco de la tardelarazon

 A pesar de que el Industrial Commercial Bank of China (ICBC) luce en su escaparate un mosaico en el que apenas puede leerse en castellano, la oficina estaba llena de clientes españoles. Pese a la buena voluntad para resolver las dudas y ayudar a los clientes, no todas las cuestiones fueron resueltas y más de uno salió sin la información que buscaba. Un joven de nacionalidad china reconoció presentarse en persona por la falta de datos de la entidad en internet. Muchos fueron los curiosos que se acercaron como simples merodeadores el establecimiento.

No fue el caso de Raúl Rodríguez, arquitecto de 30 años. Él sí estaba interesado en los servicios del banco y salió satisfecho con el trato y el resultado. Tras un año viviendo en Shanghai, Raúl fue contratado en una empresa de China y ahora está preparando su partida al país de las plantaciones de arroz. «Me han dicho que tengo que abrirme la cuenta una vez me instale allí», afirma, «además mis padres podrán enviarme dinero sin obstáculos y cambiar los yuanes a mi regreso».

Otro cliente, de origen italiano y que tiene planeado un viaje a China para ver a su novia, entró para saber si podían cambiarle euros por yuanes para llevar algo de efectivo en su estancia. Y en efecto, la oficina será la única que podrá tramitar esos cambios de moneda por lo que facilitará las cosas a los amantes de la cultura asiática. Por su parte, Luis García dominicano y cliente de otra entidad, acudió para abrirse una cuenta: «Creo que es una experiencia única y quiero conocer de primera mano las ventajas que me ofrecen», dice. Otro de los clientes de estos primeros días tenía un interés oculto: trabaja en otra entidad española y quería ver cómo funciona la oficina de la competencia asiática. Sin embargo, no logró muchas pistas ya que aseguró que «no arrancarán de verdad hasta dentro de unos meses».

La plantilla de la sucursal está formada por 16 ciudadanos chinos, doce de los cuales vienen de China y sólo pueden comunicarse en mandarín o en inglés. No obstante, para los clientes hispanohablantes la entidad cuenta con una trabajadora que habla castellano y además hay dos españoles para facilitar la comunicación. El gigante asiático ya está aquí.