Londres
Tres obispos anglicanos entran en la Iglesia Católica
Año nuevo, Iglesia nueva. O muy antigua: la Iglesia única que Jesucristo fundó y luego fue sufriendo separaciones y rupturas. El 31 de diciembre John Broadhurst, Andrew Burnham y Keith Newton dejaban de ser oficialmente obispos de la Iglesia de Inglaterra. Y al día siguiente, en una sencilla y discreta ceremonia en la catedral católica de Westminster, en Londres, vistiendo de civil, con corbatas, y acompañados de sus esposas, eran recibidos como seglares, como fieles de a pie, en la Iglesia Católica. No quisieron esperar más, no quisieron pasar ni un solo día del 2011 sin ser católicos. Y antes de un mes serán ordenados como diáconos y luego sacerdotes católicos.
En cinco siglos, ningún obispo anglicano en activo (oficialmente en activo menos de 24 horas antes) había entrado en comunión con Roma. Sólo se habían dado casos en este sentido de obispos anglicanos ya jubilados (como el obispo auxiliar de Londres, Leonard Graham, hace unos años). Los historiadores dirán en el futuro que así nacieron en Inglaterra los ordinariatos anglocatólicos, unas estructuras legales similares a los arzobispados castrenses creadas por Benedicto XVI para acoger a los anglicanos que quieran la plena unión con Roma manteniendo elementos de su liturgia, costumbres y herencia cultural.
Y quizá no solo para anglicanos. Andrew Burnham, al despedirse de sus antiguos feligreses (pastoreaba las parroquias conservadoras del sur de Inglaterra que no aceptan clero femenino) les escribió: «Jesús reza por el don de la unidad. Es ese don de unidad, creo, lo que se nos ofrece, y a través de nosotros eventualmente a todos los cristianos separados, en la constitución apostólica "Anglicanorum Coetibus"», afirmó refiriéndose al documento papal que regula los ordinariatos. Keith Newton escribió a sus parroquianos del norte de Inglaterra: «Abro camino y espero y rezo para que muchos me sigáis en los meses y años que vendrán. Mi prioridad es la unión de la Iglesia universal».
Los tres ex-obispos y dos de sus esposas fueron confirmados el sábado, 1 de enero, junto con tres ex monjas anglicanas (hay monjas y monjes anglicanos desde el siglo XIX). El obispo que los recibió era Alan Hopes, otro ex-anglicano. Como nombres de confirmación uno eligió «Joseph» y otro «Benedict», en homenaje al Papa. Fue todo muy sencillo.
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