Déficit autonómico
Griñán podría ahorrar mil millones sin tocar el gasto social
Amenaza con cerrar hospitales mientras mantiene gastos superfluos. Pide 2.735 millones más, pero invierte en cursos de salud sexual en Senegal
SEVILLA/MADRID- 2.735 millones. Es la cifra que ha desencadenado la rebelión andaluza contra el Gobierno central. El límite de endeudamiento impuesto por Hacienda para Andalucía es del 13,1 por ciento de su PIB para 2013, cuando, esgrime la Junta, en su Plan Económico Financiero de Reequilibrio para los años 2012-2014, aprobado por el ministro Montoro, era del 15,9 para el próximo ejercicio. Esa rebaja del 1,9 para el año que viene se traduce en esa cantidad. Por tanto, el techo de gasto para el Presupuesto de 2013 parte con esa rebaja, con lo que es «imposible» cuadrar las cuentas andaluzas según José Antonio Griñán.
El presidente de la Junta, acompañado por sus principales consejeros, escenificó ayer la rebelión contra el Ejecutivo de Rajoy con una comparecencia pública. Hoy celebrarán un Consejo de Gobierno extraordinario para aprobar cuantos recursos jurídicos sean necesarios para frenar este «ataque frontal». Se interpondrán en la vía contencioso-administrativa y ante el Constitucional una vez que se apruebe el acuerdo del Consejo de Política Fiscal y Financiera en el Consejo de Ministros. Antes pidió a Rajoy que «reconsidere» esa decisión.
En su escenificación, Griñán tiró de populismo. Dijo que ese recorte equivaldría «a cerrar los 19 hospitales públicos andaluces, la mitad de los colegios o despedir a 60.000 empleados públicos, uno de cada cuatro actuales». ¿No hay otras alternativas?, se le preguntó. «Imposible, a menos que dejemos de hacer las funciones que nos dice el Estatuto, como tener una televisión pública o la gratuidad de los libros de texto», argumentó.
El Presupuesto andaluz de este año asciende a 32.020,1 millones de euros. Un recorte de 2.735 lo dejaría en 29.285 millones. En 2009, por ejemplo, fue de 29.187. Y Andalucía contaba con hospitales y educación pública. La postura de Griñán responde a un órdago al Gobierno producto de lo que considera una «discriminación ideológica» con la Junta. El nivel de endeudamiento de Andalucía está por debajo de la media nacional. Con la fórmula planteada por Hacienda, las comunidades con menos deuda tendrán que hacer «más esfuerzos» que las que están por encima. «Que alguien me lo explique», se lamentaba.
Sin embargo, de lo que Griñán se olvida es de que, por ejemplo, el Gobierno les ha dado este año más de 565 millones extra cuando los mercados no le escuchaban; o que ha recibido 2.700 millones para pagar a proveedores; o que su comunidad recibe casi la mitad de la solidaridad autonómica; o que los topes de déficit o gasto se han marcado de forma equitativa y proporcional entre las autonomías teniendo en cuenta la deuda viva a 31 de diciembre de 2011, el déficit autorizado para 2012 y las liquidaciones de 2008 y 2009... Es decir, que lo que hicieron antes marca su futuro. Incluso para cuadrar ese 16 por ciento de deuda para 2013 (que se quedaba en 15,9), se repartieron los 1.737 millones que faltaban entre todas las comunidades de forma equitativa.
Pero el presidente andaluz tira de ese victimismo de cerrar hospitales cuando podría recortar (o haber recortado) de muchos otros sitios. Sin hacer un estudio exhaustivo, la Junta podría ahorrarse 1.000 millones en diferentes partidas como las ayudas a los sindicatos, que entre 2011 y lo que va de 2012 ya les ha concedido casi 104 millones. O en ayudas superfluas o chocantes en época de crisis como la publicidad institucional, partidas dedicadas a fomentar el tejido asociativo flamenco, la adquisición de fotocopiadoras nuevas para sus instituciones culturales, la publicación de libros sobre el aniversario del Estatuto de Andalucía, las ayudas a asociaciones vinculadas al PSOE... O el recorte en las ayudas a la cooperación al desarrollo. En total, en todos estos puntos, el ahorro superaría los 70 millones.
Reducir a la mitad sus embajadas en el extranjero o la delegación en Madrid le ahorraría a la Junta más de 7 millones, mientras que reducir un 25 por ciento los arrendamientos de la administración supondría un ahorro de hasta 45 millones. También reduciendo los gastos en reuniones y en información institucional salvarían más de 14 millones. Y hasta 45 millones supondría un ahorro energético del 25 por ciento en consejerías y organismos autónomos. Hasta existe una partida denominada «Otros» en la que cabrían todo tipo de gastos indeterminados sin control, y que entre 2011 y 2012 se ha dilapidado 345 millones.
Son sólo algunos ejemplos de dónde puede recortar Griñán antes de hablar de servicios públicos. Incluso reduciendo su sueldo y el de sus consejeros un 10 por ciento se ahorraría al año más de 80.000 euros. Y buceando aún más en boletines oficiales, cuentas o presupuestos andaluces la cifra de ahorro podría ser aún mayor. Pero ha preferido lanzar un órdago en forma de amenaza y cierre de hospitales.
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