Estados Unidos
Codazo en la nariz de España
MADRID- «Teníamos un equipazo, pero coincidimos con otras selecciones como Alemania o Italia que ahora no son tan fuertes», dijo Javier Clemente después de que España ganara la Eurocopa de 2008. La selección a la que se refiere «Javi», la que él dirigía, fue víctima de la maldición de cuartos y hubo un defensa italiano que pasó a formar parte de la lista negra de España: Mauro Tassotti. Dos imágenes se han quedado en el recuerdo, quizá injustamente, porque hubo más, del Mundial del 94. Una es la oportunidad que falló Julio Salinas, solo ante Pagliuca, y la que acertó Roberto Baggio poco después y que supuso el 2-1. La otra es la nariz de Luis Enrique llena de sangre, lo mismo que la camiseta blanca de la selección. Tassotti le propinó un codazo en el minuto 93. Era penalti y expulsión, la posibilidad de empatar y afrontar una prórroga con uno más, pero el árbitro, Sandor Puhl, no quiso saber nada. Como «premio», la FIFA lo designó para la final. El pobre Luis Enrique se lanzó al suelo con las manos en la cabeza y empezó a llorar. Cuando fueron a atenderlo, se levantó y se señalaba la nariz de pura impotencia, con lágrimas en los ojos. Dirigió la vista a Tassotti: «Hijo de puta, hijo de puta...», repitió, y el defensa italiano se hacía el despistado, con cara de yo no he hecho nada. En realidad «Lucho» no fue el único que lloró, lo hizo casi todo el país: hay un grupo en Facebook llamado «Yo también lloré con el codazo de Tassotti a Luis Enrique». Se puede perder, pero de esa manera... La FIFA actuó después, a través del vídeo, y sancionó al defensa con ocho partidos. Jamás volvió a vestir la camiseta de la «azzurra», pero su última actuación fue decisiva. El sueño de España murió ahí. Atrás quedó la polémica entre Míchel y Clemente, que llevaba año y medio sin llevarlo a la selección y no lo incluyó en la convocatoria, aunque acudió a Estados Unidos como comentarista de televisión. El seleccionador llegó a reconocer públicamente que no le agradaba la presencia del madridista allí. Atrás quedaron los malos rollos del propio Clemente con la Prensa, el espectacular campeonato de Caminero, el sorprendente empate en el estreno ante Corea, con Hierro sofocado por el calor; las perillas que se dejaron los jugadores del equipo nacional o el golazo de Goicoetxea a Alemania, desde la banda, un centro que terminó dentro de la portería. El codazo de Tassotti acabó con todas las ilusiones.
✕
Accede a tu cuenta para comentar