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Buques y aviones a la espera de la orden

España ofrece medios navales y aéreos y las bases de Rota y Morón para atacar al régimen libio

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MADRID-Con Libia en el horizonte, el ambiente de las bases navales y aéreas españolas era ayer de calma, de espera tranquila de unas órdenes que aún pueden tardar en llegar. El nerviosismo estaba más instalado entre los políticos y la cúpula militar. Por la mañana, tras anunciar que «España pondrá a disposición de la OTAN sus bases de Rota y Morón y sus medios navales y aéreos para evitar que el régimen libio siga cometiendo una masacre a su población y evitar la muerte de inocentes», Chacón no dejó de conversar con el jefe de Estado Mayor de la Defensa, José Julio Rodríguez, y con Su Majestad el Rey. Durante el acto de celebración del primer centenario de la aviación militar española, la ministra y el Jemad mantuvieron una larga conversación tras la cual el general se ausentó durante unos veinte minutos.

Aún resonaban en la base de Cuatro Vientos la anterior afirmación de la ministra y su añadido: «España cuenta con un poder aéreo adecuado para hacer frente a nuestra responsabilidad en cualquier rincón del mundo». El anuncio de la disposición de España a participar en una operación contra Libia no iba más allá, no especificaba qué aviones ni qué buques piensan desplegar, entre otras cosas, porque depende en gran medida de lo que aporten el resto de aliados implicados en la operación.

El ofrecimiento de Rota y Morón no implica que las fuerzas navales y aéreas que podrían participar en la operación tengan que pertenecer a esas bases, sino que ambas quedan abiertas para el tránsito de aviones y buques aliados y como puntos de partida de vuelos hacia el norte de África.

Excepto los cuatro buques que participan en estos momentos en misiones o ejercicios internacionales, España tiene toda su flota preparada para actuar. Dentro del tipo de misión que se prevé, señalan expertos militares, lo más normal es que se opte por una acción de apoyo a la flota internacional con buques anfibios como el «Castilla» o el «Galicia», cuyas tripulaciones ya están alertadas, con buques de aprovisionamiento o, a lo sumo, con fragatas. La mayoría de las fuentes consultadas descartan la actuación del portaaviones «Príncipe de Asturias» por problemas de calificación. Ayer permanecía amarrado en su muelle de Rota. En caso de que éste llegara a desplegarse, tendría que ir acompañado de, al menos, una fragata y un buque de apoyo, pero esto supondría un nivel de fuerza y liderazgo que por el momento están asumiendo otras naciones. El submarino «Mistral», que hasta hace pocos días navegaba por el Mediterráneo, está otra vez anclado en Cartagena, pero listo para salir en caso necesario.

Las posibilidades de despliegue aéreo que tiene España también dependen de la aportación de países como Estados Unidos, Reino Unido y Francia, que son los que más carne están poniendo en el asador. El Ejército del Aire tiene cazabombarderos en la base aérea de Los Llanos (Mirage F-1), Torrejón y Zaragoza (F-18) y Morón (Eurofighter). La Armada, por su parte, tiene su flotilla de aeronaves (Harrier) en Rota. A imagen de lo que hizo en los Balcanes en 1994, España podría enviar a una base italiana cuatro F-18 para aplicar la zona de exclusión aérea. La aportación española podría también pasar por aviones de vigilancia, como los P-3 Orion.

Todos ellos están pendientes de que la OTAN determine las necesidades de la misión y, una vez se fijen, de la orden de Defensa. En apenas tres días, los buques podrían estar navegando hacia Libia.