Alimentación
Café verde: triplica en antioxidantes al convencional
Como no se somete al proceso de tostado que sufre la variedad negra, mantiene intactos casi todos sus polifenoles, por lo que actúa contra el envejecimiento celular. Al poseer la misma cantidad de cafeína que el convencional, su consumo debe limitarse a 3-4 tazas diarias
Una taza de café a primera hora de la mañana supone, para la gran mayoría de la población, la «gasolina» para funcionar y afrontar el día. Dentro de las múltiples variedades que existen de esta bebida, y aunque casi todo el mundo consume el negro, acaba de hacer su aparición en el mercado otra menos conocida, pero con interesantes beneficios para la salud: el café verde. Frente al convencional, «el café verde no está tostado y, por lo tanto, contiene una mayor cantidad de polifenoles y sustancias antioxidantes, aunque por lo demás, las propiedades beneficiosas de uno y otro son las mismas», explica la doctora Pilar Riobó, jefa asociada de Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid y portavoz científico del Centro de Información y Salud. A la hora de poner un ejemplo, Anna Cirera, nutricionista de Nestlé España expone que «un café soluble que contenga un 35 por ciento de café verde y un 65 por ciento de tostado posee tres veces más cantidad de polifenoles que un café soluble normal. Como no pasa por la torrefacción, no se destruye parte de los antioxidantes naturales».
Las bondades de esta bebida recuerdan, inevitablemente, a las que hace unos años se le atribuyeron al té verde. En este sentido, Elena Alonso, profesora de Nutrición y vicedecana de la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo, «ambas bebidas tienen una historia parecida, pero existe controversia en la literatura científica porque se encuentran en proporciones muy pequeñas». Precisamente por esa similitud con el té verde no es de extrañar que una de las virtudes que más se hayan propagado del café verde es su supuesto poder saciante y aumento del metabolismo corporal.
Más investigación
Para Mª Paz Peña, profesora de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Navarra, «un artículo de revisión científica publicado este año en la revista ‘‘Gastroenterology Research and Practice'' revela que los estudios realizados hasta ahora con extractos de café verde muestran resultados moderados en el control del peso. Estas conclusiones, aunque prometedoras, son heterogéneas y limitadas, ya que los ensayos estudiados presentan problemas metodológicos, por lo que es necesario seguir investigando para poder hacer esta afirmación con seguridad».
A este respecto, Riobó aclara que las hipótesis de este efecto «se sustentan en los efectos de la cafeína en el aumento de la tasa metabólica y de la termogénesis cuando en realidad el contenido de cafeína del café verde y tostado es el mismo. Además, no existe ningún alimento específico con poder adelgazante, puesto que lo único que hace perder peso es la dieta saludable y el ejercicio».
En cuanto a las características organolépticas, el café verde «aporta suavidad, mientras el tostado ofrece sabor, aroma y estimulación», aclara Cirera. Esta misma opinión la comparte De Peña, quien añade que «el café verde que se comercializa en la actualidad es una mezcla de verde con tostado, ya que cuando tomamos una taza de café buscamos, además de sus efectos estimulantes, unas cualidades aromáticas y de sabor que sólo proporciona el café tostado. De hecho, una infusión elaborada sólo a base de café verde tendría un sabor tan ácido y astringente que resultaría rechazable». Por ello, la variedad que se comercializa «posee un 35 por ciento de café verde y un 65 por ciento de tostado. De esta forma se consigue un buen resultado en la taza», matiza Cirera.
Dado que la cantidad de cafeína resulta similar en ambas variedades, Riobó advierte de que «también hay que ser moderados en su consumo y no sobrepasar las 3-4 tazas al día». Sin embargo, por su carácter estimulante existen casos en los que la ingesta de esta bebida debe limitarse, especialmente a aquellos que no toleren la cafeína. «Las únicas contraindicaciones se asocian a un exceso de cafeína o a ciertas personas que son más sensibles a este compuesto». Esta opinión la comparte Cirera, quien añade que es mejor no tomarlo cuando existen «molestias estomacales como úlcera y gastritis e, incluso, muchos médicos aconsejan la versión descafeinada para pacientes hipertensos. Asimismo, las embarazadas también deben tomarlo con moderación aunque, en estos caso, es imprescindible consultar con el especialista».
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