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Consejo de Ministros

Trinidad Jiménez: una ministra sacrificada

Su gestión de la gripe A y su buena relación con el sector la han reforzado. Ahora se le exige sacar rédito político

Trinidad Jiménez (© Turcios)
Trinidad Jiménez (© Turcios)larazon

MADRID- Ajena a la sanidad, el nombramiento de la «eterna ministrable» en abril de 2009 fue una sorpresa en el sector. Pero no hubo mucho tiempo para hacer conjeturas. No había pasado ni una semana en su nuevo despacho cuando se detectó el primer caso de una extraña enfermedad, la gripe A, en España, que también era el primero de Europa. A la recién llegada le tocó lidiar con una de las peores crisis sanitarias mundiales de los últimos años, y demostró estar preparada: confió en expertos, se puso a disposición de la OMS y, sobre todo, evitó la histeria colectiva en los meses venideros. Por ser el más conocido, éste quedará como su mayor éxito, pero no ha sido el único. En poco más de un año, Jiménez ha sabido entablar una inmejorable relación con casi todo el sector. Se ganó a los profesionales (médicos, enfermeros...) con su defensa de la colegiación obligatoria. E incluso, en los últimos tiempos, después de aplicar el «tijeretazo» al sector farmacéutico, ha conseguido un apretón de manos de todos los sectores afectados (laboratorios, farmacias, distribuidores...). En cuanto al segundo apellido del Ministerio, la Política Social, era difícil conseguir algún éxito con el caos de la Dependencia. Pues bien, con Jiménez ha habido una relativa calma en las conferencias sectoriales y las comunidades autónomas siguen siendo las principales «culpadas» de los retrasos en la aplicación de la ley. Algo parecido ha hecho con los asuntos más polémicos, como la Ley del Aborto. Aunque también pertenecía a su departamento, la ministra ha pasado de puntillas todo lo que ha podido y le ha cedido todo el protagonismo a la titular de Igualdad, Bibiana Aído. Las mayores críticas se las ha llevado por su política prohibicionista (va a eliminar las golosinas de los colegios y el tabaco de los bares), pero, en general, es difícil encontrar a alguien en el sector que hable muy mal de Jiménez. Ayer reinaba la sensación de que la ministra va a las primarias «obligada», y muchas voces lamentaban que, un posible fracaso podría acabar con su carrera política. Pero Jiménez sabe que ha llegado la hora de «pagar» la oportunidad que le dio Zapatero el año pasado con rédito político el que viene.


La más «sexy y elegante»
La titular de Sanidad y posible candidata a la Presidencia de la Comunidad de Madrid se ha consolidado como una de las ministras que más confianza genera entre los españoles. Así, el pasado mes de mayo Jiménez se convirtió en la ministra «más creíble» a ojos de los españoles, según una encuesta realizada por NC Report para LA RAZÓN. La sensualidad de la malagueña tampoco ha pasado desapercibida para los ciudadanos, que le otorgaron el título de la política «más sexy y elegante». Sin embargo, los españoles valoran la gestión de la socialista con un suspenso, muy por debajo de los 5,12 puntos que obtuvo en octubre del pasado año. La malagueña recurrió a una «chupa» de cuero para los carteles promocionales que utilizó en 2003 para enfrentarse a Alberto Ruiz Gallardón por la alcaldía de la capital, pero ni siquiera con ello ha evitado que los ciudadanos la consideren la segunda ministra «más sosa», sólo superada por la titular de Vivienda.