Brasil
Fado la nostalgia ya es de todos
La música portuguesa y los mariachis, «Patrimonio inmaterial»
La UNESCO nombró ayer al fado, género musical portugués, y al mariachi «Patrimonio inmaterial de la Humanidad», tal como sucedió el año pasado con el flamenco. Se da por cierto que el término fado procede del latín «fatum», destino, y la contraseña tanto para su interpretación como para la escucha es «saudade», la nostalgia de lo perdido o de lo que nunca se tuvo. Se suele aceptar que el fado nace con el siglo XIX, siendo su primera estrella Maria Severa, prostituta del barrio de Mouraria. Allí y en otros lisboetas (Alfama, Barrio Alto) se desarrolló desde entonces el fado, con la única variante de Coimbra, con su impronta universitaria e intérpretes masculinos exclusivamente, al contrario que en la capital. Estudios recientes aseguran que el fado proviene de una forma musical de Brasil, la modinha. Su forma de lamento declamado, su sobrio acompañamiento (guitarra clásica y guitarras portuguesas) y hasta su severidad escénica marcan las notas de un arte mayor.
La figura capital y estrella de proyección internacional del fado en el siglo XX fue Amalia Rodrigues. Fallecida en 1999, se le tributó un funeral de Estado multitudinario. Muchos asimilaron el fado a lejanas músicas coetáneas, desde el tango argentino al rébetiko griego, pasando por el blues americano, pero la propia Amalia afirmó que el fado era «un arte ibérico». Cuando Portugal accede a la democracia en 1974 vienen unos años de oscuridad para el fado, al que se asocia a la dictadura salazarista. Pero pronto surgen toda una leva de cantantes femeninas entre la tradición y la renovación: Misía, Mariza, Katia Guerreiro, Mafalda Arnauth, Ana Moura, Cristina Branco, entre otras. El fado es presente y parece tener una larga vida asegurada.
México DF y Garibaldi
En los mariachis, el único que carga pistola es el cantante. Se entiende: es el jefe de la banda que debe imponer su voz sobre guitarras y violines, el guitarrón-bajo y las trompetas siempre en sobreagudo. No hay lugar para saber de verdad lo que es un mariachi como en la Plaza Garibaldi, México D.F. Nacieron en Jalisco, pero hoy son bibliotecas sonoras de la tradición musical del país: todo un patrimonio.
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