Bruselas
Las discrepancias entre Merkel y Sarkozy retrasan la cumbre europea
Esperan el informe de la «troika» para decidir el futuro de Grecia
A pesar de las llamadas del G-20 para que Europa acelere el paso en la solución a la crisis del euro, y la renacida presión interior, por el estallido de una nueva crisis bancaria en el continente, los jerarcas de la UE volvieron a demostrar ayer que los tiempos de la política europea son no sólo más lentos que los mercados financieros, sino también que el ritmo del resto del planeta.
El presidente del Consejo Europeo (las cumbres que agrupan a los jefes de los Ejecutivos de la UE), Herman Van Rompuy, retrasó la cumbre europea una semana hasta el 23 de octubre para ganar tiempo, ante las divisiones en torno a la quiebra ordenada de Grecia, la ampliación del fondo de rescate, y la recapitalización bancaria. Para el 3 de noviembre, los europeos quieren tener un acuerdo con el que presentarse ante el G-20 en su encuentro en Cannes (Francia).
Francia y Alemania, la bicefalia que marca el paso en Europa, siguen sin coincidir en los dos principales asuntos ahora sobre la mesa: la recapitalización bancaria y una ampliación de la quita en los bonos griegos. Tanto es así que la canciller Angela Merkel y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, se presentaron el domingo tras su encuentro sin haber acercado posturas, pero con la voluntad de cerrar un pacto para finales de mes para reforzar la integración de la eurozona. Franceses y alemanes están en contacto con Van Rompuy y el presidente de la CE, José Durao Barroso, quienes también preparan sus propuestas.
Para el 23 de octubre se prevé también que la llamada «troika» (BCE, FMI y Comisión Europea) tenga listo su informe sobre la situación financiera de Grecia, un documento que espera Berlín para convencer al resto de la eurozona de una quiebra «ordenada» de Grecia, es decir, una participación voluntaria de los tenedores de deuda griega en una quita de hasta un 60%, frente al 21% que se acordó el 21 de julio pero insuficiente para hacer sostenible el 172% de PIB de deuda que carga el país mediterráneo.
La Comisión, según explica una fuente comunitaria a este diario, estaría empezando a mostrar cierta flexibilidad con una quita mayor de Grecia, posición que va ganando consenso entre las capitales, siempre que la participación de la banca sea voluntaria. Alemania sigue siendo el principal valedor de este «default ordenado», al que se opone sobre todo Francia, además de Grecia. Desde Bruselas señalan que se ha pospuesto la cumbre para dar tiempo a que los dos países que quedan (Malta y Eslovaquia) aprueben las nuevas capacidades del fondo europeo y a que la Comisión presente su plan para recapitalizar a la banca.
El fondo, aval de la deuda italiana y española
El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Vitor Constancio, demandó ayer que el fondo de rescate de 440.000 millones de euros de la UE se utilice para avalar emisiones de deuda de España e Italia, lo que «multiplicará» su efecto, y no para recapitalizar bancos o comprar bonos en el mercado secundario. «Es absolutamente crucial que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) tenga la capacidad de cumplir su función de salvaguardad la estabilidad financiera de manera eficaz», aseveró.
El expediente griego
Las cifras «clave»
1.- Deuda
El presupuesto heleno para 2012 prevé que su deuda pública ascienda al 172% de su PIB, unos 381.200 millones.
2.- Quita
Los líderes europeos barajan una participación voluntaria de los tenedores de deuda griega en una quita de hasta un 60%.
3.- El fondo
El Eurogrupo quiere reforzar el fondo de rescate y que los 440.000 millones de euros sirvan para atender a los países con problemas de deuda.
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